Creado para los circuitos y también para las mejores carreteras. El Ford GT fue
concebido inicialmente para volver a conquistar Le Mans medio siglo después del triunfo cosechado frente a Ferrari en la gran carrera de la resistencia. Sin embargo, en la firma del ovalo decidieron recorrer el camino inverso al habitual y regalar también a sus incondicionales una experiencia de conducción única
construyendo un nuevo superdeportivo para la calle partiendo de un GTE de competición. A pesar de que sólo comenzó hace unas semanas a realizarse las primeras entregas a sus afortunados propietarios, el nuevo Ford GT ya se deja ver por alguna de las carreras más icónicas del viejo continente. Es precisamente su llegada a Europa lo que han querido celebrar desde la firma del ovalo con un viaje que al menos hay que realizar una vez antes de morir:
atravesar la magnífica Carretera del Atlántico (uniendo las ciudades de Kårvåg y Vevang), en el noroeste de Noruega, en el que posiblemente es uno de los escenarios más sobrecogedores que se puedan realizar en la actualidad al volante de un coche, junto a otros ejemplos como el paso de Stelvio en Italia o la Transfagarasan rumana.
No habrá sido fácil para el periodista británico
Steve Sutcliffe el reprimir
el deseo de exprimir a fondo los 655 CV del Ford GT en una carretera en la que la velocidad se encuentra limitada únicamente a 60 km/h debido a las especiales características y circunstancias que rodean este paso sobre el agua. No se quedó ahí la cosa, ya que después sí decidió dar rienda suelta a todas las prestaciones del deportivo de Detroit en
un Circuito situado en el Círculo Ártico, la pista de carreras que se encuentra más al norte del continente europeo.
Stefan Mücke, piloto de Chip Ganassi sería el encargado de redondear el viaje y la iniciativa realizada por Ford, fijando en 1 minuto y 36,292 segundos el nuevo récord del Artic Circle Raceway.