CADA VEZ MÁS POPULAR ENTRE LOS CONDUCTORES
Quedarse sin batería en nuestro coche es una de las averías más comunes y a la vez más molestas de cuantas puede sufrir un conductor. Con este accesorio, que cada vez es más común, es imposible que esto pase.
La llegada del frío más extremo del año hace "asomar las vergüenzas" de muchos coches, especialmente de aquellos que duermen en la calle, poniendo a prueba sus mecánicas. Una de las averías más recurrentes durante el invierno es el desfallecimiento de la batería, un elemento que por otra parte es esencial para el buen funcionamiento del vehículo. Las bajas temperaturas ponen a prueba la capacidad de arranque de la batería durante los primeros momentos del día, pero hay más factores que influyen en el mayor estrés que sufren estos elementos.
La menor cantidad de horas de luz natural, que obliga a los conductores a accionar durante más tiempo la iluminación de sus vehículos, el mayor uso de elementos de alto consumo eléctrico como la calefacción o el sistema antivaho de la luneta posterior y espejos retrovisores, unido a unos trayectos que en la mayoría de ocasiones no son lo suficientemente largos como para que el alternador pueda cargar correctamente la batería, son factores que afectan de manera muy negativa a la vida útil de la batería.
Cuando nuestro coche se queda sin batería tenemos varias opciones: si tenemos a mano a alguien más que pueda echarnos un cable (nunca mejor dicho) nos podrá ayudar a arrancar el coche a empujón (una práctica bastante peligrosa y que además puede dañar algún componente adicional de nuestro coche) o enchufar las pinzas, transfiriendo la energía eléctrica de su batería a la de nuestro coche para conseguir arrancar. Se trata de un procedimiento lioso y que, evidentemente, necesita de la presencia de otro vehículo en buen estado para llevarse a cabo con éxito.
Sin embargo, en los últimos años ha surgido una alternativa a estos métodos de emergencia que, sin duda, es cada vez más popular. Se trata de un arrancador externo, un elemento de auxilio que es posible encontrar con precios muy reducidos (por debajo incluso de los 50 euros) y que puede salvarnos en situaciones de este tipo. Los arrancadores son, básicamente, unas baterías portátiles de pequeño tamaño, muy ligeras, y que tienen incluso pinzas incorporadas.
Un arrancador se conecta directamente a los terminales de la batería de nuestro coche, se activa y, directamente, permite el arranque. El pequeño tamaño de estos elementos permite además almacenarlo en el maletero del coche sin que ocupe apenas espacio, y con una sola carga del arrancador es posible asistir a un vehículo varias veces. La única precaución que debemos tener es controlar el estado de carga del arrancador y, en caso de que detectemos que es demasiado bajo (suelen mostrarlo en un display) subirlo a casa para cargarlo tranquilamente. Sin duda, una buena opción para estos días tan fríos y tan exigentes para nuestros coches.