Estos sistemas son más importantes que un simple extra
En la actualidad existe la opción de que nuestra experiencia al volante sea más segura. ¿Cómo? Con los sistemas de asistencia al conductor. Gracias a la incorporación de este tipo de extras en nuestro vehículo, se podrán evitar riesgos y accidentes como atropellos, colisiones y otros accidentes, que fácilmente pueden acabar en tragedia.
No se trata solo de una moda o un capricho que añadir en un vehículo. Los sistemas de asistencia (o de ayuda) al conductor (SAC o ADAS), son métodos para controlar, normalmente de forma automática, cualquier situación de riesgo que ocurra con nuestro coche y su entorno. Estos sistemas son el ejemplo perfecto de que la tecnología es una gran aliada de la seguridad, por ello, cada día más conductores requieren este tipo de añadidos en sus compras, que inicialmente se asociaban a coches de alta gama, pero que poco a poco se están extendiendo a niveles más asequibles. Además los fabricantes y marcas están apostando e invirtiendo en mejorar y desarrollar nuevos sistemas, buscando ofrecer esas prestaciones que velan por la seguridad y el confort a la hora de conducir.
Los accidentes han aumentado en gran medida según estudios de la DGT, por lo que ahora más que nunca, es necesario encontrar ayudas que contribuyan a reducirlos. Existe un gran esfuerzo por educar y concienciar a los usuarios de la vía, pero si además podemos añadir la parte tecnológica que reacciona y actúa por nosotros como son los sistemas de ayuda al conductor, podremos estar más cerca de reducir la siniestralidad.
A continuación, explicamos cómo y cuáles son estas 'ADAS', que nos podrían salvar la vida en casos a los que nosotros mismos no sabríamos reaccionar a tiempo.
-Sistema antibloqueo de frenos (ABS): Uno de los más conocidos. Evita el bloqueo de las ruedas o que estas patinen ante una frenada brusca, aportando la adherencia y estabilidad que se podría perder al frenar.
-Reparto Electrónico de la Frenada (EBV, EDB): Parecido al ABS, se diferencia en que este sistema reparte de forma eléctrica la fuerza de frenada entre ejes, y no a cada rueda individualmente. Marca cuánta fuerza hay que aplicar a cada rueda para detener el vehículo en una distancia mínima sin que se descontrole. También ayuda a que el freno de una rueda no se sobrecargue y el de otra se infrautilice.
-Sistema pre-colisión (PCS): Es capaz de reconocer una situación de accidente inminente y pone en sobre aviso tanto al vehículo como a los pasajeros. Minimiza daños y lesiones, por ejemplo activando los pretensores de los cinturones o ajustando los asientos. Existe también una versión nueva que avisa por pantalla y de forma sonora al conductor, de forma que si este no reacciona a tiempo, se pone en marcha el asistente de frenada de emergencia u aplica los frenos automáticamente para reducir la velocidad de impacto.
-Control de tracción (TCS, ASR): Funciona con los mismos sensores que el ABS, por lo que también previene la pérdida de adherencia y que las ruedas patinen al notarse un exceso de aceleración o que se circula sobre una superficie muy deslizante.
-Control de estabilidad (ESP, VDC, DSC, ESC, VSC): Otro sistema que interviene en el frenado. Detecta si hay riesgo de derrapar y frena individualmente cada rueda, a la vez que reduce la potencia del motor para restaurar la estabilidad.
-Sistema de Control de velocidad de crucero adaptativo (ACC): Es una versión más avanzada del mismo Control de Velocidad de Crucero. Su función es la de regular la velocidad de conducción automáticamente. La novedad está en que, con la ayuda de un sistema de radar controla, también de forma automática, la distancia de circulación con respecto al vehículo que va delante de nosotros, frenando nuestro propio vehículo para guardar esa distancia de seguridad. El ACC no detiene por completo el vehículo y ya existen versiones que valen para todas las velocidades.
-Sistema de dirección eléctrica asistida (EPS): Permite registrar, a través de sensores, el movimiento que el conductor realiza sobre el volante, así como la velocidad del propio coche y el régimen del motor de combustión. En función de esos datos, una unidad de control eléctrica calcula al momento el par de asistencia necesario en cada momento. Este sistema aumenta el control de la dirección cuando se circula a mucha velocidad y facilita las maniobras de aparcamiento a baja velocidad.
-Aviso de salida de carril (LDW): Se registran y detectan continuamente las marcas viales del carril de circulación mediante sensores infrarrojos situados en la parte inferior del paragolpes delantero o a través de cámaras dinámicas instaladas detrás del parabrisas. En caso de un cambio repentino de carril que no ha sido señalizado debidamente con el intermitente, el sistema alerta al conductor mediante una señal que puede ser sonora, visual con un testigo luminoso en el cuadro de instrumentos o con una vibración en el asiento del conductor o en el volante. Las versiones más avanzadas, incluso intervienen levemente y de forma automática sobre el volante, indicando al conductor la dirección en la que debe girar.
-Asistencia de mantenimiento de carril (LKA): Este sistema inteligente ayuda al conductor a guiar su coche y permanecer correctamente en el carril, evitando que se salga del mismo de forma involuntaria, ya que incluye también la función de Aviso de salida del carril (LDW). Según las condiciones atmosféricas y el estado de la carretera, puede realizar sus funciones gracias a una cámara estéreo que supervisa las líneas blancas de la calzada.
-Detector de ángulo muerto (BLIS, BSM): Detecta vehículos que adelantan por los carriles adyacentes gracias a unos dispositivos de radar montados en las esquinas del parachoques posterior. También hay sistemas que alertan continuamente de la presencia de vehículos en el ángulo muerto, independientemente de las intenciones del conductor, mientras que los más efectivos actúan solo cuando el conductor va a realizar un cambio de carril y activa el intermitente.
-Detector de peatones con frenada de emergencia: Mediante un radar en la parrilla del coche, una cámara al lado del retrovisor interior y una unidad de control central, el sistema detecta la presencia de cualquier peatón delante del vehículo. En ese momento, si el conductor no responde, se activan automáticamente los frenos. También puede detectar peatones que están a punto de alcanzar la calzada. Este sistema es de gran ayuda ya que puede evitar colisiones con peatones a velocidades de hasta 35 km/h. A más velocidad la prioridad es reducir la velocidad del coche antes del impacto.