Durante más de 90 años, la palabra 'Phantom' ha ido ligada al máximo lujo en el mundo del automóvil. Noventa años es el tiempo que hace desde que apareció el primer , casi un siglo que ha dejado tras de sí siete generaciones del coche que marca la referencia a seguir si a lujo nos referimos.
Ahora llega el turno de despedir al Rolls-Royce Phantom VII, el modelo con el que Rolls volvió a nacer en 2003 bajo el paraguas de BMW y con el que ha conseguido volver a una . Para celebrar la despedida de este modelo tan importante, la marca inglesa ha realizado un modelo muy especial,
un 'one-off' altamente personalizado al gusto de un muy buen cliente, coleccionista de modelos de la marca, que se viste sobre la carrocería alargada del modelo: el
Phantom Extended Wheelbase de 6,09 metros de longitud. En cualquier Phantom , visto en prácticamente ningún otro coche del mercado. En el último y definitivo Phantom VII no podría ser menos y hace uso del departamento más exclusivo de Rolls, donde sus artesanos realizan los sueños y caprichos de todos los clientes: 'Bespoke'. Uno de los puntos donde se refleja el altísimo grado de personalización es en el
maravilloso trabajo artístico de marquetería -el trabajo de la madera, tan utilizado a lo largo de la vida de Phantom-. En el caso de este Phantom,
las molduras del interior evocan a una motivo náutico, concretamente un transatlántico de los años 30.
El tema náutico continúa en el interior con unos
bordados y costuras especiales en los asientos que evocan el movimiento del mar, exquisitamente rematados con piel de color Powder Blue. También evocan a la náutica las alfombras de piel de cordero del Phantom, que los artesanos de Rolls-Royce han creado simulando la forma de las olas del mar. Los detalles más lujosos del interior se rematan con dos relojes, uno en el salpicadero y otro en la pared divisoria entre las filas de asientos, cuyo diseño refleja el diseño de los relojes de radio que adornaban los grandes transatlánticos y muestran los 24 husos horarios.
El exterior está terminado en una elegante tonalidad Blue Velvet decorada con dos líneas pintadas a mano que recorren todo el lateral de la carrocería; lo anterior combina con unos neumáticos con dibujo lateral, al estilo de antiguos modelos, y una
figura del Espíritu del Éxtasis fabricada en plata maciza. Sin duda, una elegante y poderosa imagen a la altura de las circunstancias. En el apartado mecánico, este Rolls-Royce Phantom Extended Wheelbase equipa el
motor V12 de 6,75 litros y 460 CV que dota al Phantom de buenas prestaciones pero, sobre todo, de un silencio y suavidad de conducción inigualable. Aunque no ha trascendido el precio de esta unidad final, el precio estándar se acerca al medio millón de euros; sin embargo, con 'one-offs' tan altamente personalizados como este se pueden llegar a alcanzar las siete cifras. Después de 13 años, esta unidad pone fin a la producción del Phantom. Ahora a Rolls-Royce le toca preparar el escenario para el próximo Phantom VIII, que tendrá una nueva plataforma de aluminio que compartirá con el En
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