PUEDE SER MUY EFICAZ

Ahora podrás ir con tu coche diésel a la ITV sin miedo alguno gracias a este truco

La prueba de gases de la ITV puede ser una auténtica pesadilla para muchos, especialmente si uno acude con un coche diésel, pero este sencillo truco te podrá ayudar a superarla.

La ITV puede ser un auténtico quebradero de cabeza para muchos conductores, especialmente la prueba de gases. Y es que hoy en día son más exigentes y meticulosas, provocando así que no la superen muchos coches diésel, aunque podemos superarla con éxito recurriendo a un sencillo truco: realizando aceleraciones fuertes antes de afrontar la prueba.

Estamos hablando de una prueba que se lleva a cabo por medio de una sonda que se coloca en el escape del propio vehículo. Una vez insertada, los técnicos piden al conductor que ponga el motor en punto muerto para que, de forma progresiva, acelere desde el ralentí hasta alcanzar el máximo régimen de giro o hasta el corte de inyección.

ITV | Newspress

No obstante, y aunque tengamos en cuenta este truco, si hemos llevado a cabo un mantenimiento y cuidado riguroso del coche no deberíamos tener ningún problema. Sin embargo, en caso de no superar la prueba de gases deberíamos revisar elementos como inyectores, filtro de partículas o revisar que no haya acumulación de carbonilla en el sistema anticontaminación y, sobre todo, en la válvula de recirculación de gases (EGR).

Y es precisamente ahí donde el truco totalmente gratuito que planteamos puede resultar muy eficaz, ya que la acumulación de carbonilla es uno de las razones más comunes por las que un coche no es capaz de superar la prueba de gases. Para eliminarla de manera preventiva y rápida, podemos hacer algo tan sencillo como elevar el régimen de giro del motor y realizar una serie de aceleraciones fuertes (tres o cuatro deberían ser suficientes) superando las 4.000 rpm que puedes alternar con una circulación en marchas cortas con el motor por encima de su régimen habitual.

ITV | La Sexta

Lógicamente dicha práctica debe llevarse a cabo respetando los límites de velocidad y después de haber alcanzado la temperatura de servicio del motor y la temperatura óptima del aceite. Pero en caso de que este truco no nos funcione, la única solución la encontraremos en nuestro taller de confianza, donde lo más sencillo podría ser limpiar o sustituir los inyectores.