A VECES, LAS APARIENCIAS ENGAÑAN
Disfrutar de unos cristales limpios y en buen estado en nuestro coche es fundamental ya no para conducir de manera más cómoda, sino también por seguridad. En ocasiones los cristales acumulan demasiada suciedad, pero existen trucos para devolverlos a su estado original, casi como si fuesen de fábrica...
Los cristales de nuestro coche son mucho más importantes de lo que pensamos. Al fin y al cabo, se trata de un elemento esencial para la conducción, sin los cuales no sería posible coger el coche cada día con tranquilidad. Las lunas de nuestro vehículo protegen el habitáculo, aportan luminosidad y además permiten que los ocupantes se percaten de lo que sucede a su alrededor. De hecho, cuando el parabrisas de nuestro coche sufre daños es posible que nuestro vehículo deje de ser apto para circular.
En cualquier caso, los cristales de nuestro coche requieren de una serie de cuidados, siendo el principal la limpieza. En esta época del año, la más fría, los cristales sufren más de la cuenta, ya que en ocasiones deben soportar diferencias de temperatura muy grandes que, si no tomamos las precauciones adecuadas, pueden incluso terminar en rotura. Rasquetas, componentes químicos para deshacer el hielo... en resumen, una serie de elementos y situaciones que ponen a prueba su resistencia.
En ocasiones puedes llegar a encontrarte con marcas en los cristales que, por mucho que se frote, no conseguimos borrar. Esto puede suceder, por ejemplo, con las marcas de cal o si por accidente se depositan componentes químicos muy agresivos. En este caso, muchos usuarios se resignan a tener los cristales sucios de manera permanente, algo que puede corregirse aprovechándose del truco del alambre. Sí, frotando un alambre metálico contra los cristales...pero no cualquier alambre.
La mayoría de conductores desconoce la utilidad de la lana de acero para la limpieza y el mantenimiento de los cristales del coche. Este material, que generalmente se usa para el pulido de metales, es muy efectivo a la hora de dejar nuestros cristales como recién salidos de fábrica. La combinación de hilos metálicos y cristal puede generar rechazo inicialmente, y no es para menos: muchos usuarios creerán que los cristales quedarán completamente rallados y destrozados tras frotarlos con la lana de acero.
Nada más lejos de la realidad, siempre que utilices lana de acero doble cero (00) o triple cero (000) los cristales no sufrirán en absoluto, ya que los hilos son lo suficientemente finos y suaves como para no producir ningún tipo de arañazo o daño en el vidrio. Eso sí, debes seguir una serie de precauciones: