DURANTE UNA PRUEBA EN MONTMELÓ
El piloto asturiano se puso a los mandos del nuevo Mégane en el circuito de Montmeló con los primeros clientes españoles del modelo.
Fernando Alonso ha dado el pistoletazo de salida a la "Renaulution", término acuñado por Luca Di Meo, dirigente de la marca, en su plan por devolver a Renault a las primeras posiciones de ventas en Europa. Esa hoja de ruta pasa por ofrecer un producto atractivo, con guiños al pasado, pero con una clara tendencia hacia la electrificación. Bajo esas premisas, Renault ha sacado a la luz el nuevo Mégane E-TechElectric, y tal y como sucedió hace ya casi 20 años, el fabricante francés ha elegido a Fernando Alonso para su primera toma de contacto en público con el asfalto.
El piloto asturiano disfrutó de una jornada muy especial junto a los dos primeros compradores españoles del Mégane en el circuito de Montmeló. El bicampeón del mundo aprovechó unas jornadas de test programadas con el equipo Alpine para rodar con el nuevo buque insignia de Renault, exprimiendo sus prestaciones para disfrute de los afortunados. Del coche, Alonso destacó su eficiente diseño aerodinámico, su frenada y su alto grado de insonorización.
Con el nuevo Mégane, Renault da carpetazo a la filosofía seguida hasta ahora. Se acabaron los motores de combustión y la carrocería evoluciona hacia un estilo ‘crossover’, con un coche sensiblemente más alto. La marca se aleja así de rivales tradicionales como el Léon, el 308 o el Corolla, para asemejarse a lo visto en Citroën con el C3. Asimismo, el Mégane es el primer coche en estrenar el nuevo logo de Renault.
En cuanto a sus prestaciones, ofrece dos versiones: una de 130CV, con batería de 40 kWh; y otra de 220 CV, con una capacidad de 60 kWh. De esta manera, homologa una autonomía suficiente para recorrer 300 kilómetros con una única carga si se escoge la primera configuración y 470 km si se selecciona la más potente. Ambas son valedoras de la etiqueta CERO de la DGT y parte de un precio base de 35.000 €.
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