EN PRIMAVERA
Los síntomas de la alergia afectan a la conducción, pero también hay que tener cuidado con los medicamentos para frenarlos.
La primavera llega de la mano de temperaturas más cálidas y cierta inestabilidad meteorológica, la tormenta perfecta para los millones de españoles que sufren algún tipo de alergia. La sintomatología de esta reacción afecta a su día a día limitado algunas de las actividades más cotidianas como, por ejemplo, conducir: así afecta la alergia a los conductores y así se pueden minimizar sus efectos.
Congestión, estornudos, tos, picor nasal y de ojos, lagrimeo… Estos son algunos de los síntomas que podría enumerar una persona con alergia. El 40% de ellas, además, reconoce que afectan negativamente a su forma de conducir. No es de extrañar si tenemos en cuenta que el riesgo de sufrir un accidente de tráfico es un 30% superior para aquellos que sufren este tipo de reacción.
Los efectos de la alergia al volante
La Dirección General de Tráfico añade más datos que demuestras cómo interfieren los síntomas de la alergia al volante. Circulando a 90 km/h, un único estornudo provocará que recorramos 125 metros sin controlar qué está pasando en la carretera: si nuestra velocidad es superior, 100 km/h, esa distancia puede irse hasta los 140 metros.
A esto hay que sumar que el lagrimeo y el picor de los ojos empeoran la visibilidad al volante y les obliga a separar, al menos, una de las manos del volante para poder aliviar esa irritación. Por otro lado, según los datos de la DGT, el 50% de las personas que padecen alergia sufren alteraciones del sueño y el 40% presenta somnolencia diurna: dos enemigos de la conducción.
Cuidado con los medicamentos
El tratamiento médico para hacer frente a la alergia suele estar basado, sobre todo, en antihistamínicos por su elevada eficacia para aliviar la molesta sintomatología. No obstante, algunos de ellos tienen efectos secundarios que también afectan negativamente a la conducción porque pueden provocar somnolencia o reducir nuestra capacidad de reacción reduciéndola, entre otros. Sabremos que es así cuando en la caja nos encontremos con una señal en forma de triángulo que contiene un coche en su interior.
Por esta razón, la automedicación está completamente descartada: lo más aconsejable es pedir a un médico la receta de un antihistamínico que no tenga efectos negativos sobre la conducción como, por ejemplo, los que están basados en principios activos como la bilastina, ebastina, desloratadina, loratadina y terfenadina.
¿Cómo puedes tú minimizar los efectos de la alergia?
Como conductores podemos aplicar algunos trucos para que los efectos de alergia sean mínimos al volante. Es recomendable evitar los desplazamientos al amanecer y al atardecer porque es cuando mayor concentración de polen hay en el ambiente.
No está de más llevar a cabo una exhaustiva y frecuente limpieza del habitáculo, cambiar los filtros del aire con más frecuencia y apostar, si es posible, por un filtro HEPA debido a su eficacia: atrapan el 99,97% de las partículas con un tamaño superior a 0,3 micras. Cuando uses el climatizador hazlo con la recirculación del aire y si puedes evitarlo, no abras las ventanillas para mantener el habitáculo a salvo de los elementos exteriores.
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