UN DISTINTIVO CON MÁS INCONVENIENTES QUE VENTAJAS
Las etiquetas ambientales ya forman parte de nuestro día a día como conductores, aunque lo cierto es que aún existen ciertas dudas que no todos los usuarios saben como afrontar, entre ellas la existencia de un distintivo adicional que no aparece en la DGT
Las etiquetas ambientales de la DGT se introdujeron para clasificar los vehículos en función de sus emisiones contaminantes y fomentar el uso de coches más respetuosos con el medio ambiente. Esta iniciativa ha evolucionado desde su implementación, afectando a conductores y condicionando regulaciones de tráfico en numerosas ciudades españolas. Estas etiquetas no solo permiten discriminar positivamente a los vehículos menos contaminantes, sino que también otorgan beneficios como acceso a Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) y ventajas fiscales.
Para los conductores, por norma general, cuando se habla de distintivos ambientales se habla de cuatro posibles categorías: la etiqueta CERO se otorga a los vehículos eléctricos y a los híbridos enchufables con más de 40 km de autonomía eléctrica, y la etiqueta ECO incluye a los vehículos híbridos no enchufables, los híbridos enchufables con menos de 40 km de autonomía, y los vehículos propulsados por gas natural o gas licuado de petróleo.
Por otro lado, la etiqueta "C" abarca a los turismos y furgonetas ligeras de gasolina matriculados a partir de enero de 2006 y los diésel desde septiembre de 2015, así como a vehículos pesados de gasolina y diésel matriculados desde 2014, y por último la etiqueta "B" que se asigna a los turismos y furgonetas ligeras de gasolina matriculados desde enero de 2000 y diésel desde enero de 2006.
Existe, en todo caso, una distinción adicional que no aparece en forma de etiqueta: el distintivo ambiental "A", que se otorga a los vehículos más contaminantes, que no cumplen con los requisitos de las categorías más limpias (0, ECO, C y B). Estos vehículos, generalmente antiguos y con tecnologías de combustión más sucias, se ven excluidos de las ZBE y no pueden beneficiarse de las ventajas destinadas a los vehículos más ecológicos.
Los vehículos con el distintivo "A" suelen enfrentarse a mayores restricciones y sanciones en comparación con aquellos clasificados bajo otras etiquetas. Por ejemplo, en ciudades como Madrid y Barcelona, donde las ZBE están más estrictamente reguladas, los vehículos sin etiqueta tienen prohibida la circulación en ciertas áreas y horarios, con multas que pueden oscilar entre 100 y 500 euros, dependiendo de la infracción y del tipo de vehículo. Por si fuera poco, a partir de 2025, todas las localidades españolas con más de 50,000 habitantes deberán tener establecidas Zonas de Bajas Emisiones, lo que restringirá aún más la circulación de los vehículos sin pegatina.
Es importante mencionar que, aunque la DGT no obliga a llevar visible el distintivo ambiental en el vehículo, muchas ordenanzas municipales sí lo requieren. Madrid, por ejemplo, establece que desde abril de 2019 es obligatorio llevar la etiqueta en un lugar visible del vehículo, con sanciones de 90 euros para quienes incumplan esta normativa.
El propósito de estas etiquetas es claro: incentivar a los propietarios de vehículos a adoptar tecnologías más limpias y reducir las emisiones contaminantes en las ciudades. Sin embargo, la etiqueta "A" subraya la necesidad de renovar el parque automovilístico español, promoviendo una transición hacia vehículos más sostenibles y alineados con los objetivos de reducción de emisiones fijados tanto a nivel nacional como europeo, pero siempre dentro de un proceso que sea accesible y razonable también a nivel económico para los conductores.