ECONOMÍA DEL VEHÍCULO
Sí, el aire acondicionado afecta tanto al consumo como a la potencia de tu vehículo… pero no tanto como crees.
La Dirección General de Tráfico recomienda mantener el interior del vehículo a una temperatura que oscila entre los 22 y los 24 grados: un nivel que en invierno alcanzamos con la calefacción y en verano con el aire acondicionado. Hoy en día es complicado imaginar un coche sin este equipamiento aunque hay quien prefiere no encenderlo para no restar prestaciones a su coche: ¿cuál es la influencia real del aire acondicionado en el consumo y en la potencia?
El funcionamiento básico del aire acondicionado de un vehículo es el siguiente: enfría el aire caliente y lo introduce en el habitáculo para rebajar la temperatura. Un proceso realizado por un sistema que está compuesto por cuatro elementos (un compresor, un condensador, una válvula de expansión y un evaporador) y que, evidentemente, consume energía… que extrae del motor.
El compresor
La clave está en el compresor, que, mediante una correa, está conectado al giro del motor: esta unión es la que provoca que la mecánica de un coche incremente el consumo de combustible. El nivel de éste dependerá de la temperatura que elijamos para el interior del vehículo: cuanto más baja sea, mayor será la necesidad de energía y, en consecuencia, el gasto.
Los sistemas de climatización más modernos están desarrollados para que esa conexión se interrumpa cuando el habitáculo llega a los grados que hemos seleccionado: de esta forma el consumo se reduce. ¿Cuánto puede llegar a aumentar ese gasto? Entre un 5 y un 20%, O lo que es lo mismo: un litro y medio (como máximo) cada 100 kilómetros.
Los trayectos breves: los que más consumen
Sobre el papel, el impacto no es tan elevado como podemos llegar a pensar aunque sí se nota de manera especial en los trayectos más cortos. La razón es sencilla: al recorrer pocos kilómetros, el aire acondicionado tendrá que trabajar al máximo para reducir la temperatura en un breve espacio de tiempo y gastará más combustible. Algo que no ocurre en un viaje más largo, donde ese pico de trabajo estará más equilibrado.
¿Y los coches eléctricos?
Igual que ocurre en un modelo de combustión, el aire acondicionado de un coche eléctrico necesita energía para funcionar y cumplir su cometido: algo que extrae directamente de la batería, la encargada de alimentar el motor del vehículo. En este caso el rango de autonomía también sufre las consecuencias y, en condiciones normales, se puede ver reducido entre un 10 y un 20%.
El aire acondicionado y la potencia de un coche
¿Influye el aire acondicionado en la potencia de un coche? Sí, pero igual que ocurre con el consumo, los efectos no son tan notables como muchos conductores piensan. La pérdida de potencia que genera este sistema cuando está en marcha es leve puesto que, según las estimaciones, restaría entre 2 y 15 CV.
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