Podría llegar en otoño
Los ayuntamientos están poniendo a punto los radares de ruido, un sistema que velará por la tranquilidad midiendo los decibelios y multando a aquellos que los superen.
Ya sabemos que con la operación verano en su pleno apogeo la DGT está ojo avizor en busca de captar cualquier infracción sobre la calzada. Sin embargo, los ayuntamientos también están planteando un nuevo movimiento que podría comenzar a funcionar en otoño en las ciudades. Nos referimos a los radares de ruido, sistema que se encargará de medir los decibelios emitidos por coches y motos y, en caso de superar los reglamentarios, recibirán su correspondiente sanción. Quédate, que te explicamos cómo funcionan.
Pese a que pueda sonar a novedad aquí en España, lo cierto es que se probaron en otros países desde hace tiempo, tales como Francia o Suiza. Ya con los estudios pertinentes realizados, estos podrían comenzar a emitir multas en 2022, y nuestro país estaría dentro de la jurisdicción de estos radares de ruidos que buscan velar por la tranquilidad en las urbes.
Lo cierto es que Cataluña ya anunció que este tipo de radares serían útiles en carreras como la C-31, encargada de unir varios núcleos de la comunidad. La función de este no diferirá a la de los radares de ruido empleados ya en Francia y Suiza, donde su entrada en acción está prevista para el próximo otoño.
Para poder sancionar, es necesario que estos capten una incidencia sonora y, para lograrlo, requieren de la dotación apropiada. Se trata de un sistema en el que se han acoplado una cámara de 360º y cuatro micrófonos de alta frecuenta capaces de medir los decibelios que emiten los automóviles cada décima de segundo. Así, el radar de sonido también es capaz de identificar la dirección desde la que se emite el sonido.
En caso de que el vehículo detectado supere los niveles de ruido establecidos por ley, este radar tomará una foto del mismo y emitirá la sanción correspondiente. De esta manera, se busca no solo increpar a aquellos que circulen que sistemas de escape modificados tanto en motos como en coches, sino también a aquellos que circulen también con un régimen de giro del motor demasiado alto, pudiendo así superar los límites.
De esta manera, se buscará poner fin a la contaminación acústica que se produce, principalmente en las ciudades, y que, según los estudios realizados por la OMS, afecta a 113 millones de habitantes tan solo en la Unión Europea.