MANTENIMIENTO PREVENTIVO
Hay que preparar el coche para la bajada de temperaturas, las condiciones climatológicas adversas y los días con menos horas de luz.
El otoño suele llegar de la mano de una bajada en los termómetros, condiciones climatológicas adversas y menos horas de sol. Un cambio para el que nuestro coche debe estar preparado: una revisión a tiempo puede evitar que aparezca un imprevisto y, sobre todo, nos ayudará a circular con seguridad. Comprobar algunos de los elementos que sufre de forma especial en esta época es algo que está en nuestra mano y para lo que no es necesario acudir al taller. Toma nota: así puedes evitar estas 5 averías típicas de otoño.
Neumáticos
La ley exige que, como mínimo, el dibujo del neumático tiene que tener una profundidad legal de 1,6 milímetros… aunque la Dirección General de Tráfico recomienda no bajar de los 3 milímetros. Para comprobar el estado de las ruedas podemos emplear un medidor específico, pero si no tienes uno bastará con una moneda de uno o dos euros: el fondo debe ser superior al aro dorado.
El estado del neumático es fundamental para nuestra seguridad: es el único punto de contacto del coche con el asfalto. Si en otoño e invierno te mueves por zonas en las temperaturas son muy bajas, frecuentas carreteras de montaña o vives en zonas húmedas o con frecuentes precipitaciones (agua, nieve…) no estaría de más contar con un juego de neumáticos de invierno.
Faros
Ver y ser vistos: otro de los puntos clave para nuestra seguridad al volante. En otoño e invierno hay menos horas de luz así que vamos a usar con más frecuencias los grupos ópticos de nuestro coche. Comprueba (con ayuda de alguien) el correcto funcionamiento de las luces de posición, de corto y largo alcance, de freno, marcha atrás, intermitentes y antiniebla.
Batería y alternador
Estos dos elementos, fundamentales para el sistema de arranque, sufren con las temperaturas extremas que se dan tanto en verano como en otoño e invierno. No es aconsejable detenerse después de un arranque en frío y tras haber hecho un breve trayecto: a veces, a la batería le puede costar recuperar su carga habitual.
Aceite
Un aceite sin impurezas y con la viscosidad adecuada es fundamental para que el arranque en frío no resulte tan delicado para el motor del coche. Después de verano es un momento recomendable para llevar a cabo la revisión periódica del lubricante del vehículo y del filtro.
Suciedad
En los meses más fríos del año puede haber mayor suciedad en la calzada debido a las inclemencias del tiempo; a esto, además, hay que añadir la presencia de sal. Por lo tanto, no descuides la limpieza (exterior e interior) del coche para evitar desperfectos y una corrosión prematura que, a largo plazo, puede generar daños más importantes.