Y que puede resultar crucial
Conducir bajo los efectos del alcohol, drogas o estupefacientes puede resultar fatal, motivo por el que la DGT lleva a cabos controles de drogas rutinarios que hoy te explicamos cómo funcionan.
No debería ser necesario recordar a estas alturas de la película que tomar drogas o consumir alcohol y conducir resulta no solo peligroso, sino que puede conllevar un grave accidente. Es por este motivo que la DGT realiza de manera asidua controles de drogas en busca de poner fin a los conductores irresponsables que osan igualmente ponerse a los mandos de un coche con todo lo que ello conlleva. Con esta premisa, hoy os explicamos cómo funcionan los controles de drogas.
En caso de negarse a la prueba debemos saber que es delito, por lo que el conductor o conductora recibirá una pena de prisión de 6 meses a 1 año y la privación del derecho a conducir de 1 a 4 años. Además, si se da positivo en el control de drogas se aplicará una sanción de 1.000 euros y la pérdida de 6 puntos del carnet en caso de que sea por vía administrativa y penas de prisión de 3 a 6 meses o multa de 6 a 12 meses o trabajos en beneficio de la comunidad de 30 a 90 días, y privación del derecho a conducir de 1 a 4 años si es por vía judicial.
El conductor puede solicitar que se le realice un análisis de sangre
En todo caso, el control de drogas comenzará con el agente informando al conductor o conductora de la obligación de someterse a la prueba. Una vez que se informa se procede, generalmente, con una prueba de alcohol. A continuación, se toma una muestra de saliva con unos dispositivos especiales. A esta toma se le llama “indicaria” y su objetivo es detectar la posible presencia por consumo reciente de sustancia ilegales.
En caso de que el test de positivo en algún tipo de sustancia, se toma una segunda muestra de saliva. Esta se envía directamente a un laboratorio para su análisis y confirmar el positivo. A partir de este momento el conductor o conductora queda totalmente inhabilitado para ponerse a los mandos del vehículo.
Sin embargo, el conductor puede solicitar que se le realice un análisis de sangre como prueba de contraste. En caso de que sea así, la extracción se realizará por un equipo de sanitarios en un centro hospitalario o de salud. Si es positivo, el solicitante tendrá que asumir los gastos.
Además, este tendrá que asumir las consecuencias de conducir bajo el efecto de las drogas y afrontar la sanción que se interponga, ya sea de carácter administrativo o judicial, implicando estas últimas penas de cárcel o trabajos comunitarios.