NUEVAS MEDIDAS PARA LOS CONDUCTORES
Las pequeñas motocicletas de hasta 125 cc se han convertido en una de las mejores herramientas de movilidad para las grandes ciudades. Hasta ahora, al contar con un carnet B1 podías conducirlas si tenías una antigüedad mayor a los 2 años, pero esto va a cambiar
Son muchos los países, entre ellos el nuestro, en los que la popularidad de las motocicletas, en particular aquellas que pueden ser conducidas con el carnet B1 de coche, ha experimentado un notable aumento en los últimos años. Este fenómeno se atribuye a diversos factores, entre ellos la creciente congestión del tráfico en las ciudades, que ha llevado a los conductores a buscar alternativas ágiles y eficientes para desplazarse.
Además, la percepción de las motos como vehículos prácticos y económicos, tanto en términos de consumo de combustible como de mantenimiento, ha contribuido a su popularidad entre una amplia gama de usuarios, desde jóvenes hasta profesionales que buscan una
La flexibilidad que brinda el carnet B1, permitiendo conducir motos de hasta 125cc, ha ampliado el acceso a este tipo de vehículos, convirtiéndolos en una elección atractiva para quienes buscan evitar los problemas de aparcamiento y los tiempos de desplazamiento prolongados asociados con los automóviles en entornos urbanos congestionados. Y es que hasta ahora miles de conductores tenían, cada año, la oportunidad de hacerse con una motocicleta de hasta 125cc para conducirla sin tener que obtener ninguna licencia adicional.
Esto parece estar cerca de cambiar ya desde este mismo 2024, en el que se espera que, tras las declaraciones del Ministro del Interior, lleguen nuevas exigencias a las ciudadanos que deseen conducir una motocicleta de hasta 125cc independientemente de que cuenten o no con el permiso de conducir B. Y es que si bien hasta la fecha no se han hecho públicas estas nuevas exigencias, sí es posible que se utilice el sistema francés como base para las pruebas que se impongan. ¿En qué consiste este sistema?
El proceso de obtención del carnet de moto consta de tres etapas distintas, cada una con su propio enfoque y duración. En primer lugar, se dedican unas horas a la teoría, donde se abordan aspectos normativos y prácticos bajo la tutela de expertos. Se analizan escenarios típicos de accidentes y se ofrecen recomendaciones para enfrentar situaciones de riesgo como conducción nocturna, días lluviosos, visibilidad y elección adecuada de vestimenta.
Una vez completada la fase teórica, los aspirantes pasan a la evaluación escrita. Aquí se evalúa su comprensión de las normativas de tráfico vigentes, poniendo especial énfasis en la seguridad vial, cambios de marcha, anticipación y técnicas de frenado, entre otros aspectos relevantes.
La última etapa, en la que hay que conducir, consiste en una prueba práctica en situaciones reales de tráfico. Durante este examen, se evalúa la habilidad del conductor para circular de manera segura y respetando las normas de circulación. Se presta especial atención al control y dominio de la moto, así como a la capacidad de anticipar y reaccionar ante posibles riesgos en diferentes entornos, como calles urbanas, carreteras secundarias y autopistas.