TRES PISTAS
Los modelos más modernos te avisan de la próxima revisión o te alertan cuando algo no va mal, pero a veces basta con observar y escuchar al coche para adivinar que algo no funciona correctamente.
A veces no es necesario que un testigo se encienda para saber que el coche no funciona correctamente porque éste se encarga de enviar determinadas señales con las que avisa al conductor de que algo no está bien. Teniendo en cuenta que estos fallos pueden provocar una cadena de averías, no está de más conocer los síntomas para tratar la enfermedad. Así es como tu coche te pide que lo lleves al taller.
Sin control y con problemas al frenar: al habla las suspensiones
El sistema de suspensión es el encargado de absorber las irregularidades del asfalto permitiendo que controles el vehículo y de estabilizarlo cuando reduces la velocidad, entre otros, así que si al circular tienes la sensación de que el coche no hace lo que le mandas o al frenar la distancia aumenta hasta un 35%… necesita una revisión.
El comportamiento del volante alerta sobre la dirección
El sistema de dirección orienta las ruedas para que el coche siga la trayectoria que pretendes. Si al conducir notas vibraciones, ruidos excesivos, rebotes, observas que las llantas se están desgastando de forma irregular o, incluso, el volante gira hacia los lados en una recta… es hora de pasar por el taller para saber en qué estado se encuentra la dirección del vehículo.
La distribución o un mayor consumo
La distribución se encarga de sincronizar el movimiento entre los pistones y las válvulas: si no están perfectamente coordinadas, el motor no funcionará correctamente y llegarán las averías, que tratándose del motor no serán, precisamente, leves. Por lo tanto, si experimentas golpes secos, chirridos, fugas de agua, una pérdida del rendimiento térmico o un aumento inusual del consumo puede que el kit de distribución necesite una correcta puesta a punto.