Las etiquetas ambientales están revolucionando el mercado
Si tu etiqueta ambiental no ha llegado o te la han denegado, puede que tengas derecho a ella pero no lo sepas.
La etiqueta ambiental de la DGT ha dejado de ser una simple pegatina para convertirse en mucho más. Al fin y al cabo, este pequeño distintivo, que dependiendo de las circunstancias es de un color o de otro, es el encargado de "calificar" a tu vehículo, permitiéndole acceder a una serie de beneficios o aplicándole una serie de restricciones dependiendo de su potencial contaminante.
La DGT es la encargada de calificar a cada vehículo dependiendo del mencionado potencial contaminante, aunque nosotros somos los encargados de comprar la mencionada pegatina previo pago de los 5€ estipulados. ¿No sabes dónde puedes adquirirla? A día de hoy tienes muchas opciones: puedes acertarte a la jefatura de Tráfico de tu ciudad, aunque también puedes solicitarla en alguna de las más de 2.000 oficinas de Correos adscritas a esta iniciativa.
Puede darse también el caso de que según los ficheros de la DGT a tu coche le corresponda una etiqueta ambiental inferior a la que realmente le tocaría recibir dada su condición contaminante. Cuando esto sucede, podemos reclamar la etiqueta que de verdad nos corresponde siguiendo una serie de pasos que, eso sí, nos llevarán tiempo y dinero.
Si recibimos una etiqueta equivocada y creemos (o sabemos) que tenemos derecho a una etiqueta ambiental más favorable, deberemos contactar con el fabricante de nuestro vehículo para que nos facilite un certificado en el que conste la homologación de nuestro vehículo y la normativa anticontaminación bajo la que fue comercializado. Con eso y el permiso de circulación, deberemos acudir a Tráfico, donde se comprobarán todos los datos y se procederá a la expedición de la etiqueta correcta.
Recuerda, existen 5 catalogaciones en la actualidad: la menos positiva es la "no etiqueta": gasolina anteriores a 2000 y diésel anteriores a 2006. La etiqueta B es para aquellos gasolina matriculados entre 2000 y el 1 de enero de 2006, siendo la correspondiente para los diésel matriculados entre el 1 de enero de 2006 y el 1 de enero de 2014. Por encima, la etiqueta C, para los gasolina posteriores al 1 de enero de 2006 y los diésel posteriores al 1 de enero de 2014, la etiqueta ECO para los vehículos híbridos o propulsados por combustibles alternativos y la etiqueta CERO, reservada a los 100% eléctricos o a los híbridos enchufables con al menos 40 km de autonomía eléctrica.