NO TODO ES PERFECTO
Los combustibles sintéticos prometen ser la solución para el coche de combustión, pero petroleras como Repsol han encontrado en estos un gran problema.
Cuando parecía que el coche de combustión estaba destinado a padecer ante el coche eléctrico, aparecen los combustibles sintéticos como salvador indiscutible de estos. Y es que estamos hablando de una solución plausible a los coches de gasolina y diésel, los cuales podrán ser compatibles con este sustento de vida exento de contaminación. Sin embargo, petroleras como Repsol se han percatado de que estos tienen un gran problema.
Ese no es otro que un elevado precio al que, en una primera instancia, pocos conductores podrán hacer frente. Esto mismo ha comunicado Alfonso de las Heras, asesor de Hidrógeno y Sintéticos en Repsol, de quien La Tribuna de la Automoción se ha hecho eco de sus declaraciones.
El combustible sintético tendrá un problema: será demasiado caro
Así de las Heras indica que “a partir de 2030-2050 los gastos estén en dos o tres euros el litro.” Además, también ha hecho alusión a que la bajada del precio de las fuentes renovables “minimizaría los costes de la producción de electrolizadores y reducirían la factura energética.”
No obstante, la complejidad de estos y la viabilidad hace que se encarezcan, al menos, en una primera instancia. Al fin de cuentas, y como declara Alfonso de las Heras, “a medida que una molécula se hace más compleja, los costes de fabricación son mayores”, lo que provoca que el precio en el mercado sea mayor, estando condicionado, fundamentalmente, por el coste del hidrógeno y del electrolizador.
Sea como fuere, en ningún momento se descarta la viabilidad de este proyecto por el que marcas como Porsche o Mazda están apostando fuertemente hasta el punto de ya estar en producción. Además, diferentes expertos que también participaron en la ponencia, como Alba Soler de Concawe, aseguraron que la aplicación de los combustibles sintéticos “es muy grande y habrá suficiente para todo el transporte y para todos los sectores que compiten.”
En otras palabras: se espera que el combustible sintético no solo sea válido para la industria del automóvil, sino para todas las que componen la del transporte. Al fin de cuentas es algo que se lleva peleando desde la irrupción y asentamiento del coche eléctrico, buscando así que la descarbonización sea justa con todos los sectores y que se ha hincapié en industrias más contaminantes.