MECÁNICA
Cuanto más usas algo, más posibilidades hay de que se estropee o se rompa. Esta lógica podríamos aplicarla al Start and Stop, una tecnología que entra en acción cuando el motor está al ralentí, algo que sucede con frecuencia cuando nos movemos por la ciudad. Y es que ayuda a ahorrar combustible, pero las averías que puede causar… son caras.
Conseguir que el motor de tu coche te dé los mejores resultados posibles, ahorrando combustible y reduciendo las emisiones no es tarea fácil. En los años setenta y ochenta apareció un sistema (parecido al actual) que buscaba ese objetivo, pero fue a principios del Siglo XXI cuando Bosch creó el Start and Stop que conocemos hoy en día. Su presencia es clave para las tareas que antes mencionábamos, pero ¿sabes que también puede causar averías?
Por si hay algún despiste, vamos a recordar cómo funciona el Start and Stop: este sistema de encendido apaga el motor cuando está al ralentí y lo enciende, automáticamente, cuando, para iniciar la marcha, el conductor pisa el embrague para meter primera en un coche manual o el acelerador en uno automático.
Esta tecnología es fundamental para minimizar el consumo cuando el coche está parado en un semáforo o en un atasco porque, al arrancar, neutraliza el gasto de carburante que se produce al arrancar el vehículo y acelerar. Según los datos del RACE, dependiendo del modelo, ese ahorro puede oscilar entre un 8 y un 15%: las emisiones, por su parte, pueden descender hasta un 5%.
La cara ‘B’ del Start and Stop
El Start and Stop ofrece al conductor la posibilidad de desconectarlo pensando en aquellos conductores que no se sienten cómodos con esta tecnología y en los que cuidad al detalle la vida útil de su vehículo. Obviamente, este sistema está desarrollado para actuar de manera constante, pero un uso intensivo puede jugar en contra de algunos componentes del coche. ¿Por qué? Porque genera ciertos desgastes prematuros, que pueden transformarse en costosas averías.
Uno de los componentes que puede sufrir la actualización continuada del Start and Stop es el alternador, que se puede debilitar. Hay que tener en cuenta que, cada vez que este sistema apaga y enciende el coche, hay una mínima demora en la lubricación del motor que puede causar desgastes en su interior, eso sí, a largo plazo.
Cuando el Start and Stop actúa, tiene lugar una caída de tensión. Igual que en el caso anterior, una repetición constante de esta situación, a la larga, puede perjudicar a algunos sistemas como el compresor de aire, el sistema de infoentretenimiento, la radio…
Por otro lado, la vida útil del motor de arranque es menor en un modelo con Start and Stop, aunque se ha desarrollado para cumplir con su misión y por ello, está, también, reforzado. No obstante, en caso de tener que sustituirlo, su precio es más alto que el de uno convencional. Lo mismo sucede con la batería del coche: la de estos vehículos es especial y al cambiarla (debido a que su vida útil ha finalizado o porque la demanda de tensión la ha debilitado antes de tiempo), la inversión también será mayor porque son más caras.