ES UNO DE LOS SUV MÁS SENSATOS
El Mazda CX-60 nada a contracorriente con un motor diésel de seis cilindros, etiqueta ECO y un consumo muy contenido.
Son muchos los que reniegan del diésel al tener miedo a las consecuencias que pueda ocasionar tener uno en un futuro no muy lejano. Sin embargo, firmas como Mazda demuestran que no hay nada que temer de la mano de modelos como el CX-60. O lo que es lo mismo, un SUV con un motor diésel de seis cilindros que, gracias a un sistema MHEV, obtiene la etiqueta ECO de la DGT.
No, no es una opción barata con una cuota mensual de 405 euros, pero si podemos asumirla nos estaremos haciendo con una de las opciones más interesantes del mercado. Además, la firma nipona permite a sus clientes optar por el sistema Multi-opción, siendo un método de pago mucho menos nocivo que la financiación al uso al poder escoger entre quedarnos el coche, devolverlo o cambiarlo por otro modelo.
Pero lo que no se puede escoger es la configuración con la que se ofrece este Mazda CX-60, aunque ello no es algo negativo. Esto se debe, por una parte, al motor e-Skyactiv D de 200 CV y seis cilindros diésel, y por otra al generoso acabado Prime Edition.
Este ofrece un equipamiento de serie conformado por elementos como pantalla de 12,3 pulgadas con conexión con Apple CarPlay y Android Auto, faros LED, acceso y arranque sin llave, llantas de 18 pulgadas, cuadro de mandos digital de 12,3 pulgadas, faros LED, sensor de aparcamiento trasero, retrovisores exteriores eléctricos, auto-plegables y calefactados y climatizador bi-zona entre otros.
En lo que a mecánica se refiere, el SUV japonés recurre al ya mencionado seis cilindros diésel, un motor de 3.3 litros sobrealimentado por turbo que produce 200 CV y 450 Nm de par. Son cifras que se gestionan por medio de una caja automática de 8 relaciones de embrague multidisco, y permiten un 0 a 100 en 8,4 segundos y una velocidad punta de 212 km/h. Y aunque bien es cierto que son prestaciones más que dignas, el punto álgido del CX-60 reside en la etiqueta ECO de la DGT y en un consumo combinado de tan solo 5 litros a los 100.
Ahora bien, ¿cuáles son las condiciones de Mazda para hacernos con un CX-60 por 405 euros al mes? La primera es afrontar una entrada de 14.846,60 euros, cifra que nos da acceso al pago de una primera cuota de 377,85 euros y al de 34 cuotas de 405 euros. A ello hay que sumarle un TIN al 8,65%, un TAE al 10,44% y una comisión de apertura de 973,54 euros.
Una vez finalizados los 35 meses y tras no haber superado los 30.000 kilómetros anuales, la marca permite a sus clientes escoger entre devolver el coche, cambiarlo por otro modelo o quedárselo. Si uno se decanta por esta última opción, tendrá que abonar una última cuota de 25.853,19 euros. Ello provoca un precio total a plazos de 55.821,18 euros frente a los 48.898 euros que cuesta un CX-60 de igual configuración pagado al contado.