Ligero lavado de cara
El nuevo BMW X1 es un sutil lavado de cara, con pequeños cambios estéticos y algo más de equipamiento. La principal novedad es la llegada de una nueva versión híbrida enchufable.
El BMW X1 se ha renovado ligeramente con cambios que afectan a su aspecto, aunque de manera leve. La diferencia más notoria la encontramos en el frontal, con nuevo parachoques, nuevos faros LED y una parrilla que crece de tamaño -en consonancia con el resto de modelos de la marca-. En la parte trasera, el faldón ahora adopta el mismo color de la carrocería y hay nuevo diseño lumínico para los pilotos traseros. Y ahí acaban las diferencias.
Eso sí, se ofrecen cuatro nuevos diseños para las llantas y se añaden tres nuevos colores para la carrocería: Jucaro Beige metalizado, Misano Blue metalizado (sólo con acabado M Sport) y Storm Bay metalizado (BMW Individual). Además, el retrovisor exterior del lado del conductor proyecta con LED la imagen “X1” cuando se desbloquea el coche.
En el interior los cambios son igual de sutiles, si no más. Hay nuevas opciones para la tapicería y opcionalmente se puede elegir una nueva pantalla táctil de 10,25 pulgadas que viene acompañada de un nuevo Touch Control Display. Por lo demás, el BMW X1 sigue siendo el mismo de siempre.
La gama de motorizaciones no tiene cambios en cuanto a versiones y potencias, con propulsores gasolina y diésel de tres y cuatro cilindros, pero se adaptan a las últimas normativas de emisiones contaminantes EU6d-temp. Hay variantes con cambio manual o automático, y tracción delantera o total xDrive.
La mayor novedad es la llegada de una versión híbrida enchufable, el X1 xDrive25e. Mientras que el nuevo BMW X1 llegará en verano, para la versión híbrida enchufable habrá que esperar al año que viene y todavía no conocemos cifras de potencia ni de autonomía.