EL X5 SERÁ EL PRIMERO EN USARLA
La marca bávara sigue adelante con el desarrollo de energías alternativas y, en 2022, tiene previsto producir una pequeña serie de su SUV más representativo con pila de combustible.
Hace un tiempo los coches eléctricos fueron bautizados como el futuro del sector, pero ahora que ya están con nosotros y mientras siguen su desarrollo son muchos los que se afanan en buscar la nueva tecnología que recogerá su relevo. El hidrógeno tiene cada vez más papeletas para ello debido a su gran potencial y son varias las marcas que ha apostado por él a largo plazo. BMW es una de ellas: acaba de presentar la segunda generación de la iHydrogen NEXT.
Para la marca bávara el desarrollo de tecnologías alternativas de propulsión es una prioridad. Por ello ha fijado el año 2022 como el arranque de sus pruebas con la pila de combustible. Lo hará, como decíamos, de la mano de la plataforma iHydrogen NEXT ya que sobre ella se construirán sus modelos impulsados por hidrógeno. Dentro de dos años veremos los resultados en la versión de uno de sus SUV más representativos: el BMW X5.
Será el primer modelo bávaro que tendrá una variante con de pila de combustible, pero no se tratará de una producción masiva: al ser un experimento, harán series cortas. El objetivo es que en 2025 se puedan fabricar a gran volumen coches con esta tecnología. No en vano, el hidrogeno es una tecnología a la que le falta mucha madurez y todavía es pronto para ofrecer un vehículo con pila de combustible, pero a largo plazo la intención es que se convierta en el cuarto pilar junto a los motores térmicos, híbridos enchufables y eléctricos.
600 kilómetros de autonomía
Vamos a volver a la plataforma iHydrogen NEXT para conocerla en profundidad. Está compuesta por un grupo de celdas de combustible que generan energía eléctrica gracias a la combustión que se produce entre el hidrógeno y el oxígeno. Efectivamente, lo único que produce es vapor de agua y esto la convierte en una opción muy sostenible.
El hidrógeno va en dos depósitos colocados en forma de T y se almacena a 700 bares de presión. Con una capacidad de hasta 6 kilos de hidrógeno, deberían generar una autonomía de 600 kilómetros a un motor cuya potencia es de 374 CV. A esto hay que añadir que rellenar estos tanques no lleva más de cinco minutos.
El papel de Toyota
Debajo de esta pila de combustible nos encontramos con el convertidor eléctrico: su misión es adaptar el voltaje a las necesidades de la batería y el motor eléctrico. Éste será el mismo con el que estará equipada la versión eléctrica del BMW X3 cuya llegada está prevista para este 2020.
Este sistema de propulsión ha sido desarrollado junto a Toyota ya que la marca alemana y la japonesa colaboran desde 2013. De esta unión ha nacido la plataforma iHydrogen NEXT y su hipotética aplicación a la producción en serie. Cabe recordar que Toyota tiene más experiencia en la pila de combustible. El mejor ejemplo de ello es el Toyota Mirai, el vehículo impulsado por hidrógeno presente tanto en Japón como en Europa. La primera generación vendió 10.000 unidades y conoceremos la segunda este mismo año.