¿Qué sucede cuando recalentamos el motor de nuestro coche? ¿Cómo podemos actuar?
Cuando el motor de nuestro coche se recalienta es conveniente bajar la temperatura lo más rápido posible, pero...¿cómo podemos hacerlo?
Nuestros coches son más listos de lo que parecen. Cuanto más modernos, más inteligentes, y más utilizan las nuevas tecnologías para ofrecer la mayor eficiencia posible, el mejor control en la carretera y la seguridad más elevada. Sin embargo, aún hay factores simples que intervienen en el funcionamiento del coche: si la temperatura del motor no es la correcta, nada va a funcionar como debe.
El motor de un vehículo está diseñado para trabajar correctamente en un rango de temperaturas que ronda, generalmente, los 90ºC. Por debajo de esa cifra el desgaste es más elevado, mientras que por encima los daños provocados por el calor pueden ser catastróficos. De ahí que los coches avisen de que se está produciendo un sobrecalentamiento, indicándonos la necesidad de detener inmediatamente el vehículo.
Si estamos conduciendo y nos damos cuenta de que la aguja de la temperatura está subiendo demasiado, es conveniente detener el vehículo y revisar, en la medida de lo posible, todos los elementos del sistema de refrigeración: manguitos, bomba de agua, ventilador, anticongelante...si todo parece en orden, puede que simplemente hayamos exigido demasiado al motor de nuestro coche, por lo que deberemos aflojar la presión sobre el acelerador pero podremos continuar la marcha.
Si la aguja no para de subir y empezamos a ver vapor de agua salir por el vano motor, los daños pueden ser más graves de lo que parece: enfriar el motor es nuestra mayor prioridad, ya que si la temperatura pasa de 130ºC es muy posible que nos enfrentemos a una reparación muy grave. No dejes el motor en marcha: detente en un lugar seguro y abre el capó. Si fuese posible y el motor se ha quedado sin refrigerante por culpa de alguna fuga, intenta enfriar el motor rellenando con refrigerante o, provisionalmente, agua.