Un fenómeno que puede llegar a ser peligroso
Los neumáticos necesitan de ciertos cuidados, pudiendo llegar a ser necesaria su sustitución aunque no se hayan desgastado tanto como deberían. ¿Ha llegado el momento de cambiar tus ruedas?
Los neumáticos son una parte básica de la seguridad vial. Sin ellos estaríamos perdidos: nuestro coche no circularía, ya que son los encargados de sujetar nuestro coche al suelo, manteniéndolo en contacto el mayor tiempo posible. Sin embargo, en ocasiones nos despistamos y dejamos pasar más tiempo del necesario a la hora de su cuidado, hasta el punto de que en ocasiones se da un fenómeno que puede llegar a ser peligroso para la seguridad.
Cuando un neumático no se utiliza de manera habitual, su uso es muy liviano o está sometido a condiciones meteorológicas adversas (mucho calor, e intensa luz solar, sobre todo) es posible que los materiales que componen el neumático se degraden de manera incorrecta. Este fenómeno se conoce como "cristalización", y supone un grave peligro para la seguridad en caso de tener que realizar una maniobra evasiva o de emergencia. VER VÍDEO.
Mis neumáticos se han cuarteado, ¿puedo seguir utilizándolos?
El cuarteado del neumático es algo más común de lo que pensamos. En muchas ocasiones el coche se utiliza "poco", duerme en la calle y, en general, no tiene un uso tan intensivo como para desgastar los neumáticos lo suficiente como para que nos demos cuenta de que debemos sustituirlos. Sin embargo, que la banda de rodadura siga teniendo "dibujo" y profundidad suficiente no siempre es indicativo de que los neumáticos están en condiciones de uso.
El caucho y otros componentes aparentemente flexibles del neumático pueden degradarse por el paso del tiempo. Es importante que hagas una inspección visual en profundidad del neumático, y si descubrespequeñas grietas, plantearte la sustitución de esos neumáticos. Rodar con neumáticos agrietados puede llegar a ser peligroso, pero...¿por qué? La principal razón es que el neumático se ha agrietado porque la superficie se ha endurecido, ha envejecido y, por tanto, ya no es flexible: tus neumáticos se han cristalizado y, por tanto, ya no cuentan con el agarre que deberían ofrecer.
Por eso, no te la juegues: si detectas que tus neumáticos se han agrietado, sustitúyelos: es síntoma inequívoco de que la goma ya no está en las condiciones de seguridad apropiadas y pueden sufrir un reventón en cualquier momento al estar sometidos a enormes fuerzas rodando a alta velocidad.