Una de las averías más frecuentes entre los que se 'pasan' intentando ahorrar combustible
Conducir con la marcha más larga posible es recomendable para reducir el consumo, pero puede tener efectos adversos para la EGR, especialmente en los diésel.
En más de una ocasión habrás leído y/o escuchando que una de las claves para reducir el consumo de combustible en nuestro coche es circular con la marcha más larga posible. Esto implica obviamente circular con el motor a bajas vueltas y, si bien ayuda a reducir el consumo, puede tener también consecuencias en forma de averías.
Circular a bajas vueltas es más usual en los diésel, motores que ofrecen mucho par desde pocas rpm. Pero las bajas vueltas son también el enemigo de la válvula EGR, el elemento encargado de la recirculación de gases (cuya misión es reducir las emisiones, principalmente las de los óxidos de nitrógeno). Rodando a bajo régimen de vueltas se acumula carbonilla en la EGR (mezclado también con aceite), lo que puede provocar fallos en el funcionamiento del vehículo; si se llega a atascar por completo, puede ocasionar averías de gravedad.
Las averías concernientes a la EGR son unas de las más frecuentes en los talleres. Mucha gente está maltratando, quizá sin saberlo, la EGR de su coche pero se puede prevenir de manera sencilla. Tan sencilla como acostumbrarse a estirar un poco más las marchas, especialmente en las más cortas. Eso sí: sin maltratar la mecánica y sin excederse (no hay que llegar al corte), especialmente si el motor no está caliente.
Si nuestro coche hace la mayoría de kilómetros en ciudad, donde el régimen del motor suele ser menor, es recomendable hacer de vez en cuando un pequeño recorrido por carretera con una marcha más corta de la que sería recomendable para reducir el consumo. Un trayecto de unos 25-30 km (ida y vuelta) circulando con un régimen alto de vueltas nos costará unos céntimos más en combustible pero ayudará a prevenir futuras (y más costosas) averías en la EGR.
Si la EGR está cerca de obstruirse o presenta fallos, el coche nos avisará mediante el testigo de avería en el motor. Aunque se puede limpiar manualmente, llegados a este punto lo más recomendable es llevarlo a nuestro taller de confianza para que valore el alcance de la avería y su solución.