UN ANUNCIO DE CINE QUE RECUERDA A LA CITROËN DE DÉCADAS PASADAS
Con una producción prácticamente de cine, la marca de los dos chevrones pone ante el público su eléctrico asequible con 320 kilómetros de autonomía
Citroën ha mostrado al mundo un anuncio de coches que hace tiempo que echábamos en falta: de los cañeros. Con un repertorio especialistas y decorado traído directamente del cine y ‘Suffragette City’, una de las más icónicas canciones de la era setentera de David Bowie, ha mostrado un anuncio revolucionario para un coche que también pretende serlo: el Citroën ë-C3, el pequeño coche eléctrico de la casa de los dos chevrones que estará disponible a partir de los 23.800 euros antes de incluir posibles descuentos y ayudas del gobierno.
Decir que el anuncio es de cine es quedarse cortos: tanto el vestuario como las pelucas provienen de la película de Maria Antonieta, grabando durante cinco días con varios equipos de producción en un castillo húngaro con especialistas de la reciente Dune 2. En el anuncio, se cuenta cómo los Citroën ë-C3 son tomados de la clase alta para llevarlos hacia el pueblo con una coreografía repleta de acción, de modo que, igual que en la revolución francesa el pueblo se hizo con el poder, ahora es al pueblo a quien llega la posibilidad de tener un vehículo eléctrico accesible.
Y es que la llegada de este ë-C3 es muy importante en Europa pues estamos en el amanecer de la era de los eléctricos baratos. El modelo de Stellantis competirá con el nuevo Renault 5 al mismo tiempo que se aproximan sus rivales del Grupo Volkswagen así como a la par que se avecinan los rivales chinos que rondarán no los 25.000, sino los 20.000 euros antes de ayudas y descuentos. Aquí se agruparían los Leapmotor T03 también traídos por Stellantis desde China, el Dongfeng Box o el inminente BYD Seagull que tan bien está funcionando en otros mercados.
El ë-C3 es también respuesta a ello primero con esta variante, la que parte de 23.800 euros y ofrece hasta 320 kilómetros de autonomía, si bien se espera que llegue una futura versión con algo menos de autonomía y sí ronde los 20.000 euros. Esta competiría a su vez con el Renault Twingo que se espera para 2026, así como un modelo similar de Volkswagen (que iba a estar emparentado con el Twingo en un principio) que llegaría más adelante y se fabricaría en España.
Con este divertido anuncio y a ritmo de Bowie, Citroën logra varias cosas. La primera de ellas es tratar de reforzar su posicionamiento en un sector que puede ser clave en los volúmenes de ventas en años venideros con un coche claramente low-cost, como muchos de sus grandes éxitos en el pasado (el ejemplo claro sería el 2CV). El segundo, pegar muy fuerte en la consciencia de la población con un anuncio cañero…que en buena parte recuerda al espíritu o carácter de la Citroën de décadas pasadas, la que era más atrevida. Eso sí, aún nos falta la Citroën que innovaba con la maravillosa suspensión hidroneumática…