MANTENIMIENTO

¿Tu coche se vuelve más perezoso en verano? La culpa es de la batería

Si con las altas temperaturas del verano notas que le cuesta arrancar más de lo normal, tenemos la explicación y la solución

Las temperaturas extremas no se llevan especialmente bien con la batería del coche, un elemento que sufre, especialmente, en los meses más duros del invierno… y del estío. Los problemas se multiplican, prácticamente, desde el momento en el que ponemos el coche en marcha: te explicamos por qué tu vehículo se vuelve más perezoso en verano.

La batería de un coche está diseñada para que en su interior se produzca una reacción química a 20 grados, la temperatura ideal para este proceso. El problema es que en invierno el termómetro no llega a esta cifra y por eso la batería trabaja más despacio. ¿Y qué ocurre cuando, en verano, el mercurio se sitúa por encima? Suele descargarse porque la reactividad química se duplica con cada diez grados de más: a 20 grados es del 100%, a 30 grados es del 200% y, así, sucesivamente.

Batería | Centímetro cúbico

Un ejercicio de prevención

Con veranos cada vez más calurosos, el sufrimiento de las baterías aumenta. A consecuencia del incremento de la reactividad, el ácido se seca más rápidamente y esto provoca que la conducción de la electricidad sea peor. Por eso tu coche es más perezoso en esta época del año y le cuesta arrancar. Incluso si la batería tiene un tiempo (cuatro o cinco años) puede que las elevadas temperaturas sean su sentencia.

No podemos controlar las temperaturas, pero sí seguir algunas de las medidas preventivas que recomienda Norauto. La batería nos dará pistas que nos indicarán que su final está cerca: no sólo tendrás algún problema a la hora de arrancar, los sistemas eléctricos también pueden mostrar fatiga y algunos sensores pueden dar error. A esto suma una revisión visual para comprobar que no hay restos de óxido en los bornes, pérdida de ácido…

Dos consejos más

Además de echar un vistazo a la batería y de estar atentos a los síntomas que presenta, hay un par de consejos que los conductores pueden aplicar fácilmente. El primero de ellos pasa por intentar no dejar el coche parado durante largos periodos de tiempo: es aconsejable moverlo con cierta periodicidad llevando a cabo trayectos de 20-30 minutos para que el alternador cargue la batería. Y el segundo consiste en, siempre que se pueda, estacionar en un aparcamiento cerrado (garajes privados, comunitarios, parkings públicos…) para protegerlo del sol y de las temperaturas más altas.

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