POCA DEMANDA EN ESPAÑA
En España este tipo de transmisiones no tenían gran demanda, pero de un tiempo a esta parte se ha observado un cambio de tendencia
A la hora de comprar un coche hay una decisión que pocos conductores se plantean: cambio manual o automático. Lo cierto es que la segunda opción no tiene mucha tradición en nuestro país, done prima la primera: en Estados Unidos, por ejemplo, se produce la situación contraria. No obstante, la demanda de este tipo de transmisiones está cambiando así que te contamos tres ventajas de comprar un coche automático.
Puede que los más puristas de la conducción no se planteen la posibilidad de ponerse al volante de un vehículo con cambio automático porque, entre otras cosas, son más caros, el coste de las averías es más elevado y hasta no hace mucho consumían más que los manuales. No obstante, hay conductores que buscan la comodidad a la hora de circular y opciones que sólo llegan de la mano de estas cajas como los vehículos híbridos. Si te estás planteando decantarte por un automático, toma nota: estas son sus ventajas.
1. Comodidad
De la primera de ellas acabamos de hablar: los coches con transmisión automática son más cómodos. El conductor se olvida de elegir la marcha correcta en cada momento y del juego de pies entre el embrague y el acelerador: sólo tiene que pisar el pedal de este último. En la ciudad es un punto a favor debido a las congestiones y en los viajes el cansancio es menor.
2. Seguridad
Son muchos los conductores que se sacaron el carnet para disfrutar de la independencia que te proporciona, pero no disfrutan conduciendo porque no les gusta, no les resulta sencillo, se agobian… Los coches automáticos son una opción recomendable para ellos y para que su conducción sea más segura: al olvidarse del embrague y del cambio, serán capaces de prestar toda atención a la carretera porque los agobios desaparecen. Además, no se calan y esto siempre genera tranquilidad a la persona que va al volante.
3. El cambio automático en sí
Las transmisiones automáticas son más rápidas porque ofrecen una respuesta bastante más inmediata. Por ejemplo, una de doble embrague tiende a ser más ágil de lo que sería una manual con un conductor normal; esto da pie a una conducción más ligera y cómoda. Además, suelen ser más suaves y, ahora, son mucho más eficientes que antes.