Un contexto de crisis mundial
Son muchos los clientes que, tras pedir su coche nuevo a fábrica, se están encontrando con retrasos en la entrega, retrasos muy severos a los que ahora se suma un problema añadido
Tras un 2020 en el que la producción y venta de coches cayó de manera estrepitosa, todo parecía apuntar a que el 2021 sería un año de recuperación, en el que el nivel de producción se dispararía a consecuencia de una demanda muy superior a la del año anterior. La realidad, como siempre, se empeña en cambiar nuestros planes de manera más que evidente.
Y es que de todas las previsiones, la que se ha cumplido principalmente es la de la demanda: cada día cientos de personas formalizan el pedido de sus coches nuevos, coches que en ocasiones deben solicitarse directamente a fábrica, sin posibilidad de poder optar a una unidad de las denominadas de "stock". El problema es que en la actualidad, lo que generalmente era una espera de 2 o 3 meses se ha transformado en una demora que en multitud de ocasiones supera incluso los seis meses.
La crisis de los microchips destroza la industria del automóvil
Sí, algo tan aparentemente simple y pequeño como un microchip está alterando a la industria del automóvil por completo, hasta el punto de que muchas fábricas se encuentran ante una situación inédita: están vendiendo más que nunca, especialmente si hablamos de vehículos electrificados, pero no son capaces de ensamblar los vehículos, viéndose en la obligación de detener la producción y programar largas paradas.
Tanto es así, que el problema de la disponibilidad de componentes electrónicos se está empezando a trasladar a otro terreno, en el que nadie quiere verse metido, especialmente los compradores: el aumento de precios. La escasez de ciertos tipos de componentes electrónicos ha provocado que los fabricantes y proveedores tengan que pagar más por conseguirlos (ley oferta-demanda) lo que se está traduciendo ya en un aumento del precio de los vehículos nuevos.
Si la tendencia actual se mantiene, es posible asumir alzas de hasta el 10% en el precio de los coches nuevos, tal y como se recoge en el último informe de Euler Hermes sobre el sector del automóvil, que vaticina que nuestro país será uno de los que sufrirá en mayor medida las consecuencias del "Chip Shortage".