TODAS LAS MOTORIZACIONES
El precio de los modelos diésel y de gasolina se ha incrementado un 7% mientras que las cifras de los Eco han subido un 3%
El mercado de segunda mano y, sobre todo el de los vehículos de stock, se ha convertido en la solución ideal para aquellos conductores que necesitan un coche nuevo de forma inmediata. ¿La razón? No tiene que enfrentarse a dilatados plazos de entrega aunque si tendrá que invertir más de lo habitual. Y es que según los resultados del estudio realizado por Green Car Monitor VO de Autobiz para Sumauto, nunca habían tenido tantos compradores y tan pocas unidades. Algo que se ha traducido en un incremento en el precio de los coches de stock.
Precios más altos y operaciones más rápidas
Traduzcamos esta información a cifras concretas. A lo largo de 2021, los coches de stock impulsados por un motor diésel o gasolina han experimentado una subida del 7% en sus precios: de media, los conductores han pagado 18.300 euros frente a los 17.000 euros de 2020. Un incremento que se agudiza cuando hablamos de modelos Eco: un 10% que se transforma en un importe medio que roza los 30.000 euros.
Destaca el comportamiento que han tenido estos últimos vehículos: los compradores que se han decantado por un modelo Eco han tenido que pagar, de media, un 16,4% más que en 2020. O lo que es lo mismo: un año antes las diferencias respecto a un coche tradicional estaban en torno a los 9.596 euros mientras que ahora esa cuantía ha subido hasta los 11.169 euros.
No obstante, hay un dato positivo: el tiempo de estas operaciones se ha reducido porque el ritmo de las rotaciones en los concesionarios ha aumentado. Es la consecuencia evidente de combinar dos factores: pocos coches y mucha demanda. En 2021, un vehículo diésel o gasolina ha tardado un 7% menos en venderse (tres meses de media) mientras que los híbridos y eléctricos han reducido sus tiempos en un 3% (algo más de dos meses y medio).
Las razones
Son varias las razones que explican por qué los coches de stock han aumentado su precio. En primer lugar nos encontramos la pandemia y en segundo luchar la crisis de los semiconductores: ambos hechos afectan de forma directa a los modelos nuevos y de manera indirecta a los de stock, kilómetro cero, segunda mano… En tercer lugar nos encontramos con una creciente demanda y, por último, la falta de unidades. Si combinamos todos los favores de esta ecuación el resultado es el que observamos en el mercado de stock: todas las motorizaciones se han encarecido.
Balance de 2021
El año que acaba de terminar lo ha hecho marcado por ese incremento de los precios y por el descenso de los ejemplares disponibles: la caída ha sido del 26%, es decir, hasta las 342.317 unidades. Una vez más, la razón la encontramos en la crisis de los semiconductores: tanto los paros en las cadenas de producción como los retrasos en las entregas han tenido dos efectos.
El primero de ellos ha sido la ralentización del ritmo de las automatriculaciones porque, efectivamente, no había coches. Y el segundo es la reducción del flujo de vehículos que llegan desde las empresas de renting y desde las alquiladoras: las primeras han visto cómo los contratos se extienden más allá de los cuatro años y las segundas siguen acusando la falta de turismo.
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