El arranque de la nueva temporada 2016 de
Fórmula 1 nos ha dejado a todos con la boca abierta tras ver el escalofriante
accidente de Fernando Alonso a más de 300 Km/h. Hablamos de un accidente que pasará a la historia de la F1 y que se convierte en
el peor accidente sufrido por Fernando Alonso en toda su carrera. Que el piloto español saliese ileso es tan espectacular como el propio golpe, y por ello
es en la seguridad donde más tenemos que fijarnos a la hora de entender cuánto ha conseguido la Fórmula 1 para la industria del automóvil, muchos avances importantes en diferentes campos, pero donde destaca
cuánto ha conseguido la Fórmula 1 para que todos viajemos mucho más seguros en nuestros coches. Aunque pueda parecer increíble,
Fernando Alonso salió por su propio pie. Tras impactar con el monoplaza de Esteban Gutierrez, el McLaren Honda de Fernando Alonso destrozó la rueda delantera derecha y perdió por completo el control. Momentos después impactó con el muro de protección destrozando casi la totalidad del exterior del monoplaza, llegando a realizar varias vueltas de campana en el aire y terminando de impactar contra otro de los muros de protección en posición invertida. Increíblemente,
el cockpit resultó intacto tras todos los impactos, cumpliendo su cometido como jaula de seguridad en donde no se comprometió su integridad
consiguiendo así que el piloto no sufriera ningún contacto con los muros o el propio suelo. Fernando Alonso abandonó el coche por sí mismo, señalando tan sólo a molestias en rodillas debido a las fuerzas a las que se vio sometido.
Hasta no hace tanto tiempo, un impacto de este tipo sólo podría haberse catalogado como mortal.
Hace solamente unos días analizábamos , un vídeo espeluznante cuyo resultado nos mostraba las consecuencias de asumir riesgos innecesarios circulando a más velocidad de la necesaria.
A día de hoy,
los accidentes de tráfico han conseguido reducir su siniestralidad significativamente, empleando soluciones que antes fueron desarrolladas e implementadas en competiciones como Fórmula 1. Uno de los campos donde más ha contribuido la competición a la hora de mejorar la seguridad de nuestros coches es en el uso de
estructuras de deformación progresiva y en el
uso de materiales cada vez más avanzados como aceros de muy alta resistencia, la fibra de carbono o el kevlar. El uso de este tipo de estructuras permite
absorber gran cantidad de energía para mitigar la gravedad del impacto, permitiendo así que el habitáculo o monocasco donde van ubicados los pasajeros reciba la menor cantidad de energía procedente de la colisión. Prueba de este salto significativo en materia de seguridad lo encontramos en la
paulatina mejora de los coches en su resistencia frente a diferentes tipos de impacto, mejoras que son visibles en los cada vez más estrictos test de choque que realizan organismos como EuroNCAP en Europa o NHTSA en EE.UU. En Centímetros Cúbicos: |