CONSECUENCIA DEL DESUSO
Si has puesto en marcha el aire acondicionado del coche y en lugar de refrescar el habitáculo, te ha devuelto un desagradable olor… te contamos cómo solucionarlo.
A medida que el mercurio va ascendiendo en el termómetro, circular a determinadas horas del día se convierte en una tarea difícil de llevar sin poner en marcha el aire acondicionado. Esta parte del equipamiento de un coche necesita un mantenimiento continuado a lo largo del año para que funcione correctamente. Si has intentado refrescar el interior de tu vehículo y lo único que has obtenido han sido malos olores, te explicamos cómo eliminarlos.
Antes de explicaros el origen del problema es necesario comprender cómo funciona el aire acondicionado del coche: tenemos un circuito cerrado por el que circula el gas, un compresor y un condensador que lo transforman en gas licuado. Con este formato es trasladado, a presión, a los conductos donde el aire absorbe el frío antes de salir los aireadores. Cumplida su misión, el gas licuado recupera su versión original gracias a la válvula de expansión y comienza todo el proceso de nuevo.
Como habéis podido imaginar, la refrigeración del coche implica la presencia de humedad: si ésta no desaparece completamente cuando el verano termina y ya no necesitamos el aire acondicionado… da paso al escenario perfecto para que aparezcan todo tipo de microorganismos. Su presencia es la causante de la descomposición interior y del mal olor que es expulsado cuando encendemos el aire acondicionado después de varios meses sin utilizarlo.
Adiós a los malos olores
¿Cómo acabar con él? Son varios los métodos que tenemos a nuestro alcance: podemos llevarlo al servicio oficial de la marca o a nuestro taller de confianza, pero también es posible solucionarlo sin requerir ayuda profesional. Lo más aconsejable es emplear un producto específico creado para limpiar los conductos del aire acondicionado: algunos se aplican directamente en los accesos de los conductos y otros se aplican en forma de spray para que lo absorba el aire acondicionado con recirculación.
Lo ideal es que esta tarea esté complementada con una profunda limpieza del interior del coche para eliminar los posibles restos que se hayan acumulado en los aireadores y del filtro del aire acondicionado: aquí también podemos encontrarnos con patógenos que generen esos malos olores. Y si queremos hacer una apuesta segura, lo recomendable pasa por llevar a cabo una limpieza con ozono puesto que elimina cualquier problema de raíz.