POR EL MAL ESTADO DE LAS RUEDAS
Los neumáticos son el elemento de seguridad más importante del coche puesto que es su punto de contacto con el asfalto.
¿Recuerdas cuando echaste un vistazo al estado de tus neumáticos? Esta es la pregunta que la Guardia Civil ha lanzado a todos los conductores para advertir de la importancia que tiene la revisión del elemento más importante para la seguridad del coche ya que es el único punto de contacto con el suelo. El objetivo no es otro que concienciar sobre las consecuencias que tiene esta dejadez aludiendo a los costes económicos que puede suponer. Y es que con una simple moneda podemos ahorrarnos una multa de hasta 800 euros.
La Dirección General de Tráfico se ha hecho eco de un estudio de Bridgestone que informa sobre el mantenimiento que se lleva a cabo y lo cierto es que el resultado es preocupante: la mitad de los conductores no comprueba habitualmente los neumáticos de su vehículo. A esto hay que añadir que tres de cada cuatro coches que circulan por las carreteras lo hacen con ruedas envejecidas o que presentan defectos.
Multas de hasta 800 euros
A pesar del papel fundamental que juegan en la seguridad del conductor, de sus acompañantes y del resto de usuarios de la vía, la Guardia Civil ha tenido que recurrir a las consecuencias económicas para concienciar. Lo ha hecho recordando la sanción aparejada al mal estado de los neumáticos que, además, tiene carácter individual. O lo que es lo mismo: la multa se pone por cada neumático que esté en mal estado.
Teniendo en cuenta que la cantidad es de 200 euros, circular con todas las ruedas en mal estado puede suponer una cuantía total de hasta 800 euros. Como bien recuerda el Instituto Armado “es más barato ponerlos nuevos”.
Cómo comprobar el estado de los neumáticos
Tras su advertencia, la Guardia Civil ha aprovechado para explicar cómo evitar llegar hasta ese punto. Son tres puntos los que tenemos que revisar en las ruedas de nuestro coche: la presión del aire (una operación que se puede hacer en las estaciones de servicio comprobando que estamos dentro de los parámetros marcados por el fabricante), el estado del dibujo y la profundidad de la banda de rodadura.
Algo para lo que podemos emplear un medidor específico o algo mucho más habitual en tu hogar: un euro. La profundidad mínima debe ser, por ley, de 1,6 milímetros y para comprobar que no está por debajo de este listón bastará con un introducir la moneda: si ves la parte dorada es hora de cambiar las ruedas. Otra forma de conocer su estado pasa por echar un vistazo al testigo de desgaste, que es un taco de goma con la medida legal ubicado en el fondo de las principales ranuras: si no está al mismo nivel de la banda, necesitas neumáticos nuevos.
Tomando estas precauciones evitarás que tu vehículo pierda agarre, modifique su distancia de frenado, empeore su dinámica o consuma más.