ASÍ FUE EL "DAGEN H" O "DÍA H"
El país escandinavo ejecutó un plan perfecto tanto en previsión como en comunicación para conseguir que el 3 de septiembre de 1967 sus ciudadanos, que hasta el día anterior habían conducido por el carril izquierdo, lo hicieran por la derecha, un cambio muy drástico difícil de imaginar en estos tiempos.
La organización del tráfico rodado de un país no es ninguna tontería, como cualquiera pueda imaginar. Y la diferencia de conducir por un lado un otro de la calzada, si alguna vez lo has probado, tampoco. Aunque luego uno se acostumbra, al principio resulta muy complicado cambiar todas y cada una de las referencias y de los gestos "mecanizados", empezando por los giros, y -ahora en menor medida gracias a la profusión del cambio automático- siguiendo por el cambio de marchas.
Pero imaginemos que todo cambia para todos y cada uno de los usuarios de calles y carreteras de un país, de un día para otro, como sucedió en Suecia hace más de 50 años. Y es que, en la actualidad, el 66% de la población mundial conduce por la derecha, mientras que el resto lo hace por la izquierda. Hasta hace 53 años, el país escandinavo pertenecía a este último grupo.
Pues bien, el 3 de septiembre de 1967, el país cambió el sentido de su circulación. Sí, el día 2 todo el mundo conducía "a la inglesa", y en la jornada siguiente, "a la europea/mundial". Esa fecha, conocida oficialmente como Dagen H o Högertrafikomläggningen, fue el día elegido para el desvío del tráfico a la derecha en todo el país.
Los preparativos para el Dagen H, lógicamente, se prolongaron durante más de un año. El Gobierno sueco se vio abocado a organizar una formidable campaña informativa y publicitaria para concienciar a la población del cambio. Para asegurarse de que los pormenores de tan drástica transformación del país llegaban a cada uno de los suecos se repartieron hasta 12 millones de folletos y se diseñó un logo específico con la fecha y el motivo, que apareció en carteles, paquetes de leche y hasta en ropa interior como parte del "merchandising".
Las grandes ciudades aprovecharon el cambio para introducir cambios en su modelo de transporte, cerrando líneas de tranvía para aumentar las de autobús. Además, se compraron autobuses nuevos y otros 8.000 se adaptaron al nuevo sentido de la circulación, con puertas en ambos lados. En total, se invirtieron más de 300 millones de coronas suecas (unos 28 millones de euros).
El 3 de septiembre de 1967, se prohibió la circulación a partir de la 1 de la madrugada y solo podían circular los servicios esenciales. Durante unas horas, policías, militares, personas voluntarias y trabajadores municipales cambiaron la señalización de las calles y las vías de toda Suecia. Se taparon semáforos, se cambiaron las paradas de autobús y se pintaron de blanco las señales del suelo (hasta ese momento habían sido de color amarillo).
Las emisoras de radio iban facilitando información puntual de todo el proceso, una cuenta atrás que debía culminar a las 5 de la mañana. En ese momento, Olof Palme, en ese momento ministro de Comunicación y años después primer ministro sueco, intervino para asegurar que se había culminado un gran cambio para la vida diaria y que "nunca antes un país había invertido tanto trabajo personal y dinero en uniformar las reglas internacionales de tráfico".
El éxito del plan comenzó a percibirse casi inmediatamente, sobre todo si se habla en términos de seguridad vial. La cautela con la que los suecos comenzaron a circular por la derecha provocó una bajada de la siniestralidad.
En 1965, en Suecia habían muerto en accidente de tráfico 1.313 personas y otras 23.618 resultaron heridas. En 1967, el año del Dagen H, esas cifras bajaron a 1.077 y 21.001 respectivamente.
El Gobierno sueco había tomado la decisión cuatro años antes, en 1963, a pesar del resultado del referéndum que se celebró en 1955, en el que solo el 17% de la población sueca se había mostrado a favor del cambio. El aumento del parque de vehículos (casi 1 millón en diez años) y la creciente siniestralidad vial fueron los motivos que impulsaron esta decisión.
Suecia era el único país nórdico en el que se conducía por la izquierda. Sus vecinos Noruega, Finlandia y Dinamarca circulaban por la derecha. El tránsito de viajes entre todos estos países era continuo. Además, la mayoría de los coches suecos, fabricados para la exportación, tenían el volante a la derecha. Incluso la propia Volvo se había sumado a esa tendencia.
Todos estos factores habían provocado un aumento de las víctimas de la carretera: de las 595 personas fallecidas en 1950 se pasó a más de 1.300 en 1966.
La operación costó más de 600 millones de coronas suecas (más de 57 millones de euros).
La campaña de información costó unos 40 millones de coronas (alrededor de 4 millones de euros).
Se cambiaron 360.000 señales de tráfico.
Unos 8.000 autobuses se adaptaron al nuevo sentido de la circulación.
Alrededor de 8.000 policías y más de 150.000 voluntarios participaron en la operación.
Se repartieron 12 millones de folletos informativos y se difundieron 130.000 carteles con el logo del Dagen H.