SEGURIDAD VIAL
Barcelona ha instalado en sus calles 17 dispositivos de este tipo para acabar con la siniestralidad y garantizar el cumplimiento de los límites de velocidad
El exceso de velocidad es una de las causas indirectas que más influyen en los siniestros que tienen lugar en las ciudades. Para garantizar el cumplimiento de los límites y reducir la siniestralidad, Barcelona ha instalado en sus calles 17 nuevos radares de punto: ¿cómo son estos dispositivos?
Lo cierto es que el concepto ‘radar de punto’ es de sobra conocido por todos los conductores porque se trata de una manera de englobar a los cinemómetros fijos y móviles. Con esta denominación se hace referencia a la principal diferencia con los móviles: los primeros se ubican en un único punto y los segundos llevan a cabo dos mediciones de la velocidad de los vehículos.
Las diferencias
Como adelantábamos hace un momento, los radares fijos y móviles permiten captar y registrar la velocidad instantánea de los vehículos que circulan en ambos sentidos. Los fijos no necesitan operador y están ubicados en los laterales de la vía (postes o cabinas) y en los pórticos ubicados sobre la misma. Los móviles sí necesitan la intervención de un agente y los podemos encontrar en trípodes, coches patrulla o en el aire: Pegasus y los drones. Los de tramo, sin embargo, se ubican en dos puntos porque están compuestos por, al menos, un par equipos de lectura situados en dos lugares distintos de una misma carretera y comunicados entre ellos.
El funcionamiento de los radares fijos y móviles se basa en el efecto Doppler: mandan de forma constante una señal de microondas que reciben, de nuevo, con una desviación en frecuencia respecto a la original: con esa variación calculan la velocidad de los vehículos. Los radares de tramo, en cambio, miden la velocidad media tomando imágenes de manera continua. Un primer equipo identifica la matrícula (tienen una lista almacenada y actualizada en la que se indica el tipo de vehículo para conocer sus límites) y la unidad de control registra la hora de la primera fotografía: compara esta información con la procedente del segundo equipo y calcula el tiempo que ha transcurrido entre ambas. Coteja este dato con la distancia que hay entre ambos equipos y así determina la velocidad a la que circula el vehículo.
La DGT y los radares de tramo
Entre los objetivos de la Dirección General de Tráfico figura la priorización de los radares de tramo sobre los de punto. Hasta ahora, la DGT contaba con 780 dispositivos fijos: de ellos 92 eran de tramo. No obstante, este verano hemos sabido que ampliarán la plantilla con 270 unidades más: 120 de cabina, 90 de tramo y 60 fijos. El 80% de esta nueva adquisición irá a parar a carreteras convencionales y el resto (20%) a autovías y autopistas.
La razón para decantar la balanza a favor de los dispositivos de tramo es sencilla: con este método los conductores deben respetar los límites de velocidad de forma constante en los tramos donde están ubicados eliminando, así, la posibilidad de frenar, circular por debajo del máximo de la vía al pasar junto al radar fijo o móvil y, una vez superado, volver a conducir por encima de lo establecido.
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