PARA CONTROLAR LA VELOCIDAD
La plantilla de radares móviles ha recibido setenta nuevos dispositivos, que llegan con una gran novedad a la hora de vigilar el cumplimiento de los límites de velocidad.
Hace unos días os contábamos que la plantilla de radares móviles de la Dirección General de Tráfico (DGT) crecerá tras su última adquisición: setenta nuevos dispositivos que se unirán a los 545 que ya formaban parte de la plantilla. Sabemos cuántos son y también lo que han costado (610.678,25 euros), pero no es la única información que se ha desvelado sobre estos cinemómetros: así son y en estas carreteras vigilarán los excesos de velocidad.
Antes de verano, en el BOE aparecieron las condiciones del nuevo contrato. Al parecer sólo se presentaron un par de compañías y la elegida ha sido Saima Seguridad SA. El Ministerio del Interior ha explica que la elección se ha llevado a cabo buscando aquella “oferta más ventajosa para el organismo y para el interés general”. La citada empresa es la misma a la que compraron el lote anterior.
¿Dónde actuarán los nuevos radares móviles?
Sabemos que, a diferencia de lo que ocurre con los radares fijos, la DGT no desvela dónde ubica los móviles. Aunque es posible situarlos en cualquier carretera, en la mayor parte de los casos estos dispositivos tienen como destino las vías secundarias o convencionales porque es ahí donde se producen el mayor número de incidentes relacionados con los excesos de velocidad.
En el contrato publicado en el BOE para la adquisición de los nuevos radares móviles se especificaban las características que debían cumplir. Así las cosas, sabemos que pesan, como máximo, tres kilos y miden cincuenta centímetros. Medidas pensadas para ser casi invisibles a los ojos de los conductores y para ser instalados en cualquier escenario.
Estos setenta radares móviles se pueden manejar a distancia controlándolos con tecnología 3G, 4G o por wifi. La tecnología láser con la que han sido preparados, les permite medir la velocidad de los vehículos en un rango de 30 a 250 km/h y a una distancia de hasta 50 metros. Son capaces, al mismo tiempo, de controlar los vehículos que circulan, como mínimo, por dos carriles de la vía y tienen una autonomía mínima de cinco horas.
La gran novedad de los nuevos radares móviles
Su equipamiento está formado por una maleta para su transporte, un medidor de velocidad, un ordenador o tablet con software y un trípode con rótula de orientación. A esto hay que añadir un soporte para instalarlo en los vehículos patrulla y otro para su montaje en los quitamiedos de la carretera.
Y es aquí donde llega la principal novedad de los nuevos radares móviles. En la memoria justificativa de la compra el Ministerio del Interior informa que estos dispositivos no estarán limitados a los coches patrulla, también podrán instalarse en las motos de la Guardia Civil: “El empleo de cinemómetros de escaso tamaño, compacto, de altas prestaciones, fácil manejo y rápido despliegue de forma permitirá su utilización a cualquier agente, independientemente del vehículo en el que patrulle: de cuatro ruedas o motocicleta”.
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