con la ayuda de Suzuki podemos ver los elementos que se cambian
Porque todos nos hemos fijado en ese pequeño ruidito que hacen las ruedas cuando se queda una pequeña piedra en uno de los surcos o ese desquiciante chirrido de los frenos que se agudiza cuando nos encontramos entre edificios
Molesto compañero de viaje, el ruido o el exceso de sonoridad puede influirnos negativamente no sólo a la hora de conducir, sino también en otros aspectos de nuestras vidas. Los habitantes de las grandes urbes son algunos de los grandes damnificados del bullicio prácticamente sin descanso que se padece en algunas ciudades. La OMS calcula que solo el ruido del tráfico perjudica la salud de al menos un tercio de los europeos. Es por ello que, desde hace algún tiempo se investiga y trabaja en la reducción del nivel de ruido que pueden generar los automóviles, tanto el emitido al exterior, como el que se puede percibir desde dentro del habitáculo. ¿Cómo trabajan los fabricantes para mitigar este ruido?
Con motivo del pasado Día Mundial Contra el Ruido, Suzuki publicó una serie de datos sobre su forma de trabajar a la hora de reducir, absorber, aislar o amortiguar la sonoridad que producen sus vehículos, así como las factorías en las que estos se construyen. Apoyados en la exigente legislación en materia de restricción de ruido impuesta en Japón, el fabricante asiático ha adaptado toda su línea de producción con el objetivo de que no sólo sus conductores se vean beneficiados de ello, sino también el resto de personas.
Esto ha llevado por ejemplo a que Suzuki haya implementado modificaciones de diseño en su motor, optando por la utilización de cadenas de distribución en lugar de correas para así reducir las vibraciones. La mayor rigidez del bloque de cilindros, así como la del cárter, y la utilización de cubiertas permiten que esa gran cantidad de sonidos cíclicos que se reproducen cuando el propulsor se encuentra en marcha se vean amortiguados y absorbidos por la estructura. También se ha hecho hincapié en los materiales utilizados en la fabricación del cigüeñal o volante de inercia, con tolerancias lo más pequeñas posibles con el fin de que el sistema esté equilibrado.
Además de utilizar materiales que aíslen el vano motor del habitáculo, también se agregan subcámaras y silenciadores al sistema de escape con el objetivo de mantenerse por debajo del límite de decibelios establecido por ley. Las transmisiones también son susceptibles de recibir mejoras, en este caso a través de una mayor rigidez de la caja o asegurándose de que los engranajes son lo suficientemente precisos como para que no se produzcan golpes o saltos entre los dientes.
En lo que respecta a la carrocería, el diseño exterior no responde únicamente a cuestiones estilísticas. Tanto el frontal como el ángulo del parabrisas o la forma de los retrovisores ha sido establecida para reducir el nivel de sonoridad que se produce con motivo de la resistencia que presenta el aire al avance del automóvil. A su vez, los fabricantes de neumáticos trabajan en productos que no sólo generen el mínimo de ruido al circular sobre asfalto, sino que lo hacen además intentando que la propia estructura de la rueda no se vea afectada y que no se pongan en peligro sus características, tanto en materia de grip mecánico como en lo que respecta a durabilidad y comportamiento. Todo esto se ve reforzado con la utilización de materiales fonoabsorbentes en la parte interna de los pasos de rueda, los cuales ayudan a que no se transfieran al habitáculo sonidos molestos mientras rodamos.