La Dirección General de Tráfico, a través del número 265 de su revista Seguridad Vial, facilita a los conductores españoles una guía con claves para decelerar un automóvil en siete situaciones distintas mediante el equipo de frenado. Al fin y al cabo, saber utilizar bien este sistema, instalado en cualquier vehículo y encargado de reducir la velocidad, es fundamental para una llevar a cabo una circulación segura. Lo más importante, en palabras del organismo del Ministerio del Interior, es observar, anticiparse y pisar el pedal en el momento adecuado.
Nadie garantiza que no vayamos a tener un accidente a pesar de emplear los frenos de nuestro coche correctamente, pero sí que los daños, físicos o materiales, que podamos sufrir serán probablemente menores. Aunque el riesgo cero no existe cuando uno sale a la carretera, dominar la forma en la que deceleramos al circular significa conocer en detalle los métodos o técnicas adecuadas para cada circunstancia. Aunque todas las estrategias que considera la DGT en su artículo parten de la previsión y el respeto a los límite de velocidad en cada vía, cada una tiene sus particularidades. Las especificamos a continuación, según el contexto:
¿Cómo reaccionar en cada momento? Consejos para frenar bien en 7 situaciones
- Detenciones convencionales. Al aproximarse a un semáforo o un cruce donde haya que parar por completo o aminorar la marcha, se ha de adaptar la velocidad cuanto antes de una manera paulatina. Para ello, se ha de dejar de acelerar y pisar el pedal de freno suavemente, aumentado la presión de un modo progresivo. El hecho de bajar una o varias marchas soltando el embrague con delicadeza facilita el proceso y reduce el desgaste mecánico.
- Curvas. Al tomar un giro que requiera de frenos, estos siempre han de usarse antes y no durante el propio viraje. Es por ello que adelantarse a las condiciones de la calzada es capital. Además, ello motiva una conducción más segura, confortable y eficiente.
- Vías de alta velocidad. Al circular por autovías y autopistas hemos de evitar frenar en la medida de lo posible y, si se da el caso, hacerlo con mucha anticipación. Si se abandona, por el carril de deceleración, la frenada ha de producirse sólo cuando el coche ya se encuentre dentro de esa zona.
- Sin distancia de seguridad con el vehículo al que precedemos. Al conducir con un vehículo demasiado cerca de la parte trasera del nuestro, simplemente tocaremos el pedal del freno con extrema sutileza a fin de que se enciendan las luces correspondientes y así le avisaremos de que debe aumentar la distancia de seguridad.
- Intersecciones con giro. Al abordar un viraje en un cruce, bien sea urbano o no, la DGT indica que hay que señalizar nuestra maniobra con antelación para avisar al resto de usuarios de la vía y, seguidamente, reducir la velocidad gradualmente a la vez que se engranan relaciones más cortas en la transmisión.
- Frenada de emergencia. Al tener que detener nuestro vehículo ante una urgencia o situación de alto riesgo, hemos de pisar los pedales de embrague y freno al mismo tiempo, ejerciendo toda la fuerza posible sobre ambos hasta lograr la parada por completo. La vibración en los pies, debida a la actuación del ABS, no nos debe de asustar.
- Pendientes. Al bajar por una cuesta pronunciada en la que sea necesario activar los frenos, resulta importante hacerlo moderadamente y apoyándose, de nuevo, en la capacidad que motor y transmisión también tienen para menguar el avance.