UN GESTO RÁPIDO QUE LA MAYORÍA DE CONDUCTORES DESCONOCEN
Circular con nuestro vehículo en perfecto estado es una obligación, y en ocasiones resulta mucho más fácil de lo que parece
Nuestros coches están compuestos por miles de piezas, piezas diseñadas concienzudamente para trabajar en armonía con otros tantos componentes de nuestro vehículo. De esta manera, al pulsar un botón podemos encender las luces, bajar una ventanilla o, incluso, hacer que nuestro coche se encargue de frenar, acelerar o girar en los coches más modernos. Sin embargo, existen elementos que aún necesitan de nuestra intervención aunque muchos conductores crean que no.
Uno de los elementos que más ha evolucionado en nuestros coches son los sistemas de iluminación: en pocas décadas han pasado de estar formado únícamente por una bombilla a ser auténticos ordenadores compuestos por cientos de elementos con los que proyectar hasta imágenes en la carretera con una precisión y una definición propias de una pantalla de televisión, algo que sin ninguna duda supone además un gran avance en términos de seguridad.
Por otro lado, los faros actuales, pese a contar en su gran mayoría con todo tipo de ajustes electrónicos y automáticos, siguen necesitando intervención humana en algunas ocasiones, algo que casi ningún conductor conoce y que, incluso, puede suponer una multa si las autoridades consideran que estamos conduciendo poniendo en peligro al resto de usuarios de la vía. ¿De qué estamos hablando?
La comprobación que casi ningún conductor lleva a cabo
Hablamos del ajuste manual de los faros, un ajuste que se lleva a cabo desde el propio faro y que debe realizarse cada vez que la instalación del faro se ve modificada, algo que sucede por ejemplo cuando se desmonta el frontal por un cambio de piezas, por un golpe o, simplemente, por tareas de mantenimiento que requieran desmontar los faros.
El no ajuste de estos parámetros supone que en muchos casos, pese a que el vehículo regule el haz de luz del faro, nos encontremos con una altura demasiado elevada de la luz proyectada por el faro hasta el punto de que podemos incluso provocar deslumbramientos a los usuarios que circulan en sentido contrario. En caso de que un agente de la ley detecte que estamos deslumbrando al resto de conductores podemos recibir una multa de hasta 200€.
Para regular correctamente la altura de los faros desde el propio grupo óptico debes buscar los tornillos de ajuste que, por norma general, están señalados por piezas blancas. Con los tornillos de ajuste podremos regular de manera rápida la altura del haz de luz, para lo que necesitaremos también una pared o muro plano en el que asegurarnos que la luz que estamos proyectando no tiene una altura superior a la altura del propio faro.
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