Centímetros Cúbicos
Conducir un coche de otro sin estar de titular en el seguro, ¿qué puede salir mal?
Los seguros son una parte fundamental de la circulación. Nos respaldan ante imprevistos y nos protegen en situaciones en las que nosotros, de forma normal, podríamos sufrir consecuencias graves ya no en el terreno físico, sino también en el terreno económico. Todos los vehículos a motor corren el riesgo de que le ocurran siniestros a lo largo de su vida, pero es cierto que, a día de hoy, es posible encontrarse con situaciones en las que el conductor del vehículo no sea el mismo que figure en los papeles del seguro.
¿Qué puede pasar entonces? Cuando uno necesita utilizar un seguro y figura como asegurado, no suele haber ningún tipo de problema para que la aseguradora se haga cargode las posibles contingencias, sin mayor contratiempo.
No obstante, las compañías aseguradoras pueden negarse a correr con los gastos ocasionados por un incidente si el conductor en el momento del contratiempo no está reflejado en la póliza. Esto puede pasar cuando, por ejemplo, el conductor en ese momento tiene una edad inferior a 25 años. En ese caso, la mayoría de compañías aseguradoras se hace cargo de las reparaciones y gastos correspondientes, pero posteriormente los reclama, normalmente vía judicial, al conductor del vehículo.A cambio no nos debería sorprender si en la siguiente renovación de nuestra póliza o, dependiendo de la gravedad del incidente, la aseguradora decide expulsarnos del seguro, rescindiendo la póliza de forma inmediata. Lo mejor es, sin duda, figurar en la póliza como conductor, ya sea habitual u ocasional, ya que pese a que suele conllevar algún tipo de gasto adicional, nos permite circular con la tranquilidad de que estaremos cubiertos ante cualquier incidente. Cuando alquilamos un vehículo o circulamos con un coche cedido, lo más normal es que la póliza ya esté contratada con este propósito, por lo que podremos estar seguros de que estamos cubiertos sin problemas.