Aprendiendo a frenar correctamente en caso de emergencia
Saber frenar correctamente en caso de emergencia es vital para evitar colisiones o en el peor de los casos reducir las consecuencias de un impacto.
Aunque el sentido común y nuestra formación vial parecen suficientes herramientas para saber cómo realizar una frenada de emergencia, son muchos los conductores que aún dudan de cómo reaccionar ante una frenada de emergencia o frenada imprevista, especialmente cuando se trata de un coche provisto de caja de cambios manual que nos obliga a gestionar un tercer pedal, el embrague. Lo primero que debemos tener en cuenta ante una frenada de emergencia es que tal y como indica su nombre, estamos ante una situación de peligro que requiere de una frenada total en la menor distancia posible, de ahí que sea tan importante ejecutar la maniobra lo más rápido posible y de la forma correcta.
Tengamos un coche con ABS o sin él, a la hora de realizar una frenada de emergencia siempre buscaremos actuar sobre los pedales de embrague y freno al mismo tiempo, aunque sí que buscaremos una fórmula distinta en el caso del pedal de freno dependiendo de si tenemos instalado ABS o no. El objetivo de pisar el pedal de embrague nos permite evitar que el motor se cale, que en las fases de detención total genere vibraciones al intentar calarse y desactive el servofreno, que en caso de necesitar realizar una maniobra evasiva tras la frenada sigamos pudieno hacerla y que al pisar ambos pedales somos capaces de generar mayor fuerza que si solo lo hacemos sobre uno. Es decir, siempre procuraremos pisar los pedales de embrague y freno al mismo tiempo en caso de frenada de emergencia, sólo se recomienda no actuar sobre el embrague cuando en detenciones de menor intensidad queremos beneficiarnos de la retención que ofrece el freno motor.
Si nos centramos sólo en el pedal de freno es importante diferenciar entre los coches que emplean ABS y los que no. En los coches que emplean ABS debemos intentar aplicar la máxima fuerza que podamos sobre el pedal de freno, siendo el sistema el encargado de evitar el bloqueo de los frenos que nos llevaría a alargar la distancia de frenado. En el caso de los coches sin sistema ABS, la forma de proceder sería realizando una frenada de alta intensidad, pero intentando en todo momento no bloquear los frenos aliviando la presión sobre el pedal de forma progresiva. Para realizar una frenada de emergencia en un coche sin ABS buscaremos repetir el proceso tantas veces sea necesaria hasta que el vehículo se detenga, pues si pisamos con toda nuestra fuerza el pedal tarde o temprano bloquearemos las ruedas y perderemos el control del vehículo. En ambos casos también es importante destacar que el estado de neumáticos, frenos y suspensiones es crucial, pues un elevado desgaste o mal estado nos harán perder prestaciones que harán que nuestro coche alargue de forma sensible la distancia necesaria para detenerse de forma completa.