UNA GRAN NUBE ELECTRÓNICA

'Data Act', el gran archivo que lo sabrá todo sobre los coches conectados

La llegada del coche 'conectado' trae consigo una serie de beneficios, entre los que podemos encontrar, por ejemplo, la cantidad de información relativa a la seguridad y la eficiencia que podemos tratar. Sin embargo, toda esa información hay que tratarla de manera muy rigurosa.

La tecnología aplicada al mundo del automóvil ha evolucionado enormemente en los últimos años. Si hace apenas un par de décadas la tecnología que podíamos encontrar en un coche de alta gama se centraba en la comodidad y en las prestaciones pero sin ninguna intercomunicación con el exterior, en la actualidad hasta los vehículos más humildes y económicos son capaces de conectarse con el mundo exterior a través de diferentes sistemas.

El coche conectado es ya una realidad: cada vez son más los vehículos que envían todo tipo de información a través de un sistema de intercomunicación con el exterior, y cada vez son más las autoridades que utilizan sistemas de conexión con vehículos y con infraestructuras. Toda esa información tiene también una gran contrapartida: hay datos de todo tipo que se deben tratar con total confidencialidad aunque se envíen al otro lado del continente.

Existe, sin embargo, una suerte de 'nube gigantesca' que recopila todos esos datos. Esa información, eso sí, parece estar protegida por la llamada 'Data Act', una normativa europea que busca hacer que ningún conductor pierda su derecho a la confidencialidad.

¿Qué es 'Data Act'?

Este término tan rimbombante hace referencia a una normativa comunitaria a nivel europeo de protección digital que busca regular el acceso y manipulación de los datos en todos los sectores económicos, estableciendo los diferentes derechos, obligaciones y restricciones que afectan a consumidores y empresas. Entre los mencionados sectores se encuentra, lógicamente, el sector del automóvil donde cada vez son más los datos que se recopilan, como ya hemos visto con anterioridad.

En la actualidad, y aunque la normativa 'Data Act' aún no está completamente terminada, el derecho al libre acceso a los datos de un coche conectado corresponde únicamente a su fabricante. Éste tiene, además, la obligación lógica de compartirlos de manera desinteresada y gratuita con el usuario o cliente que adquiere el vehículo, de manera que los datos están siempre protegidos y a salvo de posibles intromisiones.