El aceite es la sangre de tu motor. Conocerlo puede ayudarte a cuidar perfectamente de tu coche.
El aceite es el lubricante por excelencia para el motor de tu coche. Conocerlo perfectamente te ayudará a cuidarlo adecuadamente en cualquier situación.
El motor de nuestros coches está compuesto por miles de piezas. Miles de piezas, más o menos grandes, que funcionan en un perfecto equilibrio para lograr su objetivo: transformar la energía que guarda un combustible como la gasolina o el diésel en movimiento. Para ello, es fundamental que el motor funcione correctamente, algo que no sería posible sin una buena lubricación.
¿Y quién se encarga de ello? Sí, el aceite. El aceite de motor es mucho más que un fluido viscoso que hay que cambiar cuando el ordenador del coche nos avisa, sino de un componente más del motor, un componente fundamental sin el que el propulsor sería incapaz de funcionar correctamente. Conocer sus características, junto con las necesidades de su motor, hará que la salud de nuestro coche sea siempre la mejor.
¿El motor de tu coche necesita un aceite sintético, semisintético o mineral? No sirve cualquiera. Infórmate en el manual de usuario, donde también podrás saber qué graduación es la adecuada para las características del propulsor. La viscosidad en frío es un factor básico, y se conoce con la primera cifra que identifica un aceite. A menor número, menos viscoso, "más fluido".
Lo mismo para la viscosidad en caliente, pero iniciando la escala en sentido contrario. Cuanto mayor es la segunda cifra, más fluido será en aceite. Así, un aceite 5W50 será más fluido en caliente que un 0W20, pero también será más viscoso en frío. Es conveniente fijarse en el periodo de mantenimiento y ceñirse escrupulosamente a él, poniendo también atención al consumo de lubricante. Que un motor consuma aceite no es malo, es necesario...siempre y cuando sean cantidades razonables.