Puede que suene a locura, pero no, efectívamente podemos buscarnos un serio problema si decidimos beber agua o cualquier otro refresco mientras conducimos. Aunque
no existe ninguna ley que prohíba expresamente la acción de beber durante la conducción, sí que
se puede penalizar el hecho de que nos distraigamos al volante y/o reduzcamos nuestra movilidad para poder beber. Ante la no existencia de una ley expresa, lo que señala el código de circulación es que
será un agente el que determinará cuando el hecho de beber puede incurrir en una falta. Es decir, si un agente detecta que el hecho de beber penaliza nuestra atención o nos penaliza en movimiento, sí que podremos ser sancionados al igual que sucede, por ejemplo, con el hecho de . Recordemos que fumar no es una acción que implique sanción, siempre y cuando del mismo modo no limite nuestros movimientos o nos reste atención.
Las claves para poder beber mientras se conduce, algo que deberíamos hacer de forma asidua y más aún en este momento del año con altas temperaturas, es
buscar la forma de que los recipientes y su manipulación sean los más sencillos posibles. Esto quiere decir que debemos procurar que, si vamos acompañados, sea un pasajero el que nos facilite la bebida para sólo tener que cogerla y dar ese sorbo, mientras que si circulamos solos, debemos procurar que la bebida esté en una posición accesible y su manipulación no nos prive de tener que apartar la mirada de la carretera o las manos del volante. En Centímetros Cúbicos: