Un problema que muchos no saben resolver
La compra de vehículos usados puede suponer algún que otro problema añadido si no tomamos las precauciones necesarias
Son muchos los españoles que cada año deciden cambiar su coche y sustituirlo por otro que se adapte mejor a las necesidades de cada momento. Pese a que a todos nos gusta estrenar coche nuevo, son muchos más los compradores que se deciden por un coche usado para sustituir su vehículo actual, atraídos por la mayor variedad, por los precios más reducidos y por la inmediatez de la operación.
Sin embargo, la compraventa de vehículos usados también encierra una serie de riesgos de mayor magnitud que el hecho de llegar a un concesionario y adquirir un coche nuevo, unos riesgos que se hacen más evidentes cuando la operación se realiza entre particulares. Uno de los problemas más graves a los que nos podemos enfrentar como compradores es la llamada “denegatoria” de la Dirección General de Tráfico, un trámite que nos puede dejar incluso sin nuestro nuevo coche.
Qué es la denegatoria y cómo evitar caer
Ponte en situación: te compras tu coche con toda la ilusión y, o bien acudes a una gestoría a realizar el cambio de nombre o, directamente, acudes a la sede de Tráfico de tu ciudad para llevar a cabo el trámite. Cuando estás en ello, desde Tráfico te avisan de que el coche presenta una “denegatoria”, de forma que, a partir de ese momento, tienes un problema.
Y es que cuando un vehículo presenta una “denegatoria” no es posible efectuar la transferencia o, lo que es lo mismo, no es posible cambiarlo de nombre y, por tanto, no se puede registrar a nombre del nuevo propietario. Cuando esto ocurre se debe abordar el problema o el impedimento que hace que Tráfico esté bloqueando la transferencia ya que de lo contrario el vehículo no podrá ser nunca cambiado de nombre.
Una “denegatoria” se genera cuando sobre el vehículo o sobre la persona propietaria del mismo pesa alguna carga o mandato. Nos referimos, por ejemplo, a una ITV negativa, al impago de uno o varios impuestos de circulación o a la existencia de algún embargo que afecte bien al propio vehículo o bien al propietario del mismo.
Para evitar este inconveniente que puede levantarnos más de un dolor de cabeza, lo más sensato es, antes de dar el paso definitivo de adquirir el coche en el que estamos interesados, solicitar un informe completo a la DGT, que por poco menos de 9€ nos permitirá conocer en tiempo real todos los detalles del vehículo, así como las posibles cargas que puede tener en ese momento.