MUCHO CUIDADO CON ELLAS
Estas cámaras de tráfico no miden tu velocidad, pero te pueden sancionar duramente si cometes esta grave infracción al volante y que puede costarte la vida.
Los recursos con los que cuenta la Dirección General de Tráfico a la hora de controlar el tráfico y sancionar a quienes no cumplen con las normas de circulación, en pro de la seguridad vial, son vastísimos. No todo se reduce a radares (fijos o móviles) o agentes que vigilan la carretera desde el asfalto y sus inmediaciones, con sus automóviles y motocicletas, o desde el aire, con sus helicópteros y drones. Este organismo también dispone de cámaras cuya misión es garantizar que los conductores sean responsables.
Hace un tiempo se conoció que la DGT adquirió e instaló dos centenares de esta clase de dispositivos cuyo propósito, a diferencia de lo que uno podría pensar, no es controlar la velocidad de los vehículos, sino el debido uso del cinturón de seguridad por parte de sus ocupantes, algo que es obligatorio en nuestro país (así como en la mayoría de las naciones desarrolladas). Esta red tecnológica, más allá de las multas, también sirve como herramienta disuasoria.
De las 200 cámaras, se sabe que 59 fueron a parar a Andalucía, 34 a Castilla-La Mancha y 31 a Galicia, quedando las restantes para otros puntos de la Península y sus islas (exceptuando Cataluña y País Vasco, pues son dos comunidades autónomas donde el Ministerio del Interior transfiere sus competencias sobre Tráfico). Se trata de equipos fijos capaces de visualizar con gran nitidez el interior de las cabinas de los turismos, las furgonetas y los camiones, comprobando el empleo de los cinturones.
En caso de que se registre falta de uso, algo de lo que se encarga un tipo de inteligencia artificial, el ordenador asociado a la cámara envía una imagen a un responsable de la DGT para que verifique si realmente se cometió la infracción. Si es correcto, se inicia el proceso sancionador, que en este caso acarrea 200 euros y la pérdida de 4 puntos del permiso de conducir. En 2023, de las 1.145 personas que perdieron la vida en carreteras españolas, más de un 10% no llevaban puesto el cinturón de seguridad.