AL VOLANTE
Puede estar provocado por el exceso de velocidad, el consumo de alcohol o por situaciones de estrés y ansiedad.
El ‘efecto túnel’ nada tiene que ver con la circulación por estos tramos de la que ya os hemos hablado en otras ocasiones, sino que está relacionado con las capacidades del conductor al volante. Razón por la que la Dirección General de Tráfico ha querido advertirnos sobre esta alteración y sus consecuencias.
¿Qué es el ‘efecto túnel’? Se trata, según explica la DGT, de la reducción de la visión lateral del conductor: cuando se produce, la sensación es semejante a la que experimentamos cuando atravesamos un túnel ya que sólo apreciamos lo que está delante del coche y en el centro. A esto hay que añadir una disminución de las capacidades de reacción y anticipación. ¿Cómo llegamos a esta situación? Con una velocidad excesiva, tras el consumo de alcohol o a través de una situación de ansiedad o estrés.
Exceso de velocidad
Para comprender mejor el ‘efecto túnel’, Tráfico dibuja el siguiente escenario: cuando el conductor está parado, su ángulo de visión es de 180 grados porque es capaz de reconocer tanto lo que ocurre en frente como lo que sucede a ambos lados. Cuando comienza la marca y se incrementa la velocidad, el plano que abarcan sus ojos se reduce: a 65 km/h divisa 70 grados, a 100 km/h son 42 grados, a 130 km/h se reduce a 30 grados y a 150 km/h se queda en 18 grados.
Así las cosas, circular a 130 km/h (o más) supone perder la nitidez periférica, la posibilidad de calcular correctamente la distancia o la velocidad y la percepción de los elementos del entorno. Y es que el ‘efecto túnel’ no sólo reduce la amplitud del campo visual, también la capacidad de anticipación y reacción a la que hacíamos referencia antes y, además, fomenta la aparición de fatiga, agresividad y distracciones. Elementos que suponen un riesgo para la seguridad vial propia y ajena.
Consumo de alcohol
A pesar de que en España hay una tasa máxima de alcohol con la que es posible ponerse al volante sin ser sancionados, la DGT promueve el consumo cero al volante. Son muchas las razones, pero entre ellas está la aparición del ‘efecto túnel’ puesto que esta sustancia altera la visión del conductor: reduce y ralentiza los movimientos oculares, provoca que recopilemos menos información de nuestro entorno, la convergencia ocular (la que nos permite calcular distancias y velocidad) se deteriora y, además, genera fatiga ocular.
Estrés y ansiedad
Por último, si tiene lugar una situación personal o derivada de la conducción que genera estrés o ansiedad al conductor, éste puede ver cómo sus capacidades de conducción se reducen: ambos cuadros pueden reducir el campo periférico de su visión.