El diésel sigue siendo un combustible interesante...le pese a quién le pese
El gasóleo está viviendo actualmente un proceso de demonización que no se corresponde con la realidad. ¿Por qué el diésel sigue siendo una buena alternativa para algunos conductores?
En los últimos meses estamos asistiendo a un proceso de ataque continuo hacia el diésel, un combustible que durante años ha reinado con claridad en el total de ventas de muchas regiones a nivel mundial, con especial peso en Europa. Sin embargo, en los últimos tiempos el volumen de diésel está descendiendo a marchas forzadas. ¿Es tan malo el diésel como lo pintan? Aquí te dejamos 5 razones por las que el diésel sigue siendo interesante.
El consumo de combustible es, al fin y al cabo, uno de los valores que más tenemos en cuenta cuando adquirimos un coche ya que será el gasto que más frecuentemente tendremos que afrontar. En este terreno el diésel sigue siendo imbatible, sobre todo en carretera abierta, escenario donde el diésel debería usarse primordialmente. Los motores de gasolina son cada vez más eficientes, pero un motor diésel actual también ha evolucionado sustancialmente, reduciendo sus consumos hasta límites insospechados, de forma que es relativamente sencillo ver motores diésel de gran potencia con consumos en carretera del orden de 6 litros/100 km.
El precio de venta de un modelo equipado con motor diésel ha sido, durante años, sensiblemente superior a su equivalente con motor de gasolina. La mayor complejidad técnica y el mayor rendimiento en conjunto hacía que el sobreprecio fuese una realidad. A día de hoy este sobreprecio es prácticamente inexistente, por lo que el periodo de "amortización" ha descendido sustancialmente. De hecho, debido al retroceso en las cifras de ventas, son muchos los fabricantes que se están viendo obligados a aplicar fuertes descuentos en sus modelos con motorizaciones diésel.
Un motor diésel siempre se ha considerado más contaminante que un motor de gasolina. La realidad es que con la llegada y la aplicación de las actuales normas anticontaminación, un motor diésel moderno es infinitamente más limpio que un motor de gasóleo con, digamos, diez años. La tecnología ha avanzado tanto que las emisiones de gases tóxicos de un motor diésel actual son prácticamente idénticas a las de un motor de gasolina, con la salvedad del CO2, donde el diésel siempre ha tenido ventaja respecto a la gasolina.
Una de las principales desventajas de un motor diésel, sobre todo si hablamos de motores diésel de 3 y 4 cilindros -que constituyen el grueso del mercado- ha sido el agrado de uso. Un motor diésel de pequeño tamaño ha sido, por norma general, un propulsor con un funcionamiento menos refinado, menos compensado que el funcionamiento de un motor de gasolina, amén de ofrecer un sonido más desagradable. La llegada de nuevas técnicas de construcción y la aplicación de ultimísima tecnología ha permitido construir motores diésel mucho más silenciosos y refinados que antaño.
No nos engañemos, el vehículo eléctrico, a día de hoy, constituye una alternativa para demasiada poca clientela, siendo inaccesible para virtualmente la totalidad del sector transportes, uno de los usuarios por excelencia del motor diésel. Los grandes desplazamientos por carretera con vehículos de gran tamaño y peso necesitan de la robustez y la potencia del motor diésel, características a las que no se puede renunciar hoy día.