HISTORIA
Esta semana en nuestra sección de eléctricos, te contamos todo sobre las pilas de combustible de hidrógeno.
Llevamos, literalmente, décadas escuchando hablar sobre los beneficios y las ventajas de las pilas de combustible alimentadas por hidrógeno. Pero, ¿por qué no llegan al mercado? Vamos a empezar por el principio de la historia, explicando qué eso de la pila de combustible.
Aunque nos suene reciente, los primeros estudios sobre pilas de combustible datan de mediados del Siglo XIX. De manera discontinua, el desarrollo de estos aparatos fue evolucionando llegando a viajar al espacio en la década de los ’60 del siglo pasado. Eran la forma más eficiente de obtener electricidad en las misiones espaciales, gracias al oxígeno y al hidrógeno almacenado en los tanques de las naves.
Sí, oxígeno puro e hidrógeno puro son la clave de las pilas de combustible. A partir de estos dos elementos, las pilas son capaces de generar electricidad, siendo vapor de agua el único gas residual que emiten.
Las pilas de combustible, igual que las baterías que conocemos, generan electricidad a partir de una reacción química entre dos elementos. En las baterías, estos elementos están almacenados y su capacidad es limitada. Sin embargo, las pilas de combustible están diseñadas para tener un flujo continuo de estos elementos.
¿Entonces? Si se supone que es tan fácil como juntar oxígeno e hidrógeno y el único residuo es vapor de agua, ¿por qué no la usan ya todos los coches? Pues porque no es tan sencillo. Veamos:
En la actualidad hay pocos fabricantes de automóviles que apuesten por la pila de combustible. Uno de ellos es Hyundai Motor Group. Pero, además, Hyundai también se dedica a los ferrocarriles, material de defensa, inmuebles, centros comerciales y es el mayor astillero de buques mercantes del mundo. Algo que le posiciona como el segundo grupo empresarial más grande de Corea del Sur, solo por detrás de Samsung.
Este respaldo económico y la aplicación de la pila de combustible de hidrógeno a sectores más allá del automóvil, como los buques de transporte o el transporte por carretera, es lo que les lleva a apostar por esta tecnología.
El primer prototipo que presentaron con pila de combustible fue un Santa Fe, allá por 2002, que tenía una autonomía de 230 kilómetros con cero emisiones. Dos años más tarde llegó un Tucson con una nueva pila, algo más potente, y 380 kilómetros de autonomía.
En 2006, la pila de combustible se usó en la primera generación de autobuses urbanos impulsados con esta tecnología. Se usaron en el Mundial de Fútbol de Alemania ese mismo año y tenían una autonomía de 380 kilómetros.
En 2013 llegó al mercado el ix35 FCEV, el primer coche con pila de combustible producido en serie: llevaba una pila alimentada por hidrógeno ya de tercera generación y alcanzaba 594 kilómetros de autonomía. Cinco años más tarde, en 2018, llegó al mercado el Nexo. Con una pila de combustible de cuarta generación y hasta 666 kilómetros de autonomía.
Porque en España solo hay siete hidrogeneras operando. De las cuales, solo tres son públicas. Coches como el Hyundai Nexo, que funcionan con un motor eléctrico, cuya electricidad es generada por una pila de combustible que además purifica el aire que usa, con vapor de agua como única emisión residual, con una buena autonomía y con capacidad de llenar el depósito en el mismo tiempo que un coche de combustión no son todavía habituales.
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