POR TU TRANQUILIDAD (Y TU BOLSILLO)
El aire acondicionado ha pasado de ser considerado un equipamiento de lujo a una equipación centrada en la seguridad. Su uso en invierno se reduce considerablemente, pero aquí te damos dos razones por las que usarlo en los días más fríos del año es una buena idea.
En los últimos años hemos visto como los coches han evolucionado de manera sustancial, sobre todo en el terreno de la seguridad y la eficiencia. A día de hoy hay equipamiento que hasta hace pocos años estaba considerado de lujo y sólo lo podíamos encontrar en los vehículos más caros y modernos, como algunos asistentes a la conducción, los sistemas de iluminación LED o los sistemas de infoentretenimiento con enormes pantallas a color.
Todos estos elementos se han popularizado, como también lo ha hecho el aire acondicionado, un elemento considerado antaño de lujo tanto por la mejora en la comodidad que ofrecía a los ocupantes como por el (generalmente) elevado coste de compra que tenía. En la actualidad es prácticamente impensable comprarse un coche nuevo sin aire acondicionado, ya que o bien es una opción con un coste muy reducido o bien es un elemento de serie.
En cualquier caso, la inmensa mayoría de los conductores asocia el uso del aire acondicionado a condiciones climáticas de mucho calor, donde el aire acondicionado cumple una función vital: enfriar el aire a su entrada al habitáculo para que los ocupantes disfruten de un ambiente más fresco y confortable. Sin embargo, hay razones de peso para hacer uso del aire acondicionado también en invierno, incluso en los días más fríos del año. Te contamos dos de ellas.
Mucha gente "borra" de su memoria el aire acondicionado cuando llega el frío. Sin embargo, utilizarlo (al menos de manera esporádica) cuando hace mucho frío es sin duda una buena idea.