UN CONSEJO DE LA DGT
A la hora de hablar de seguridad vial, lo cierto es que no podemos hablar únicamente de un elemento, sino que son muchos los que, entre sí, trabajan conjuntamente para hacer que la circulación sea más segura y relajada para todos.
Lo cierto es que si bien en los últimos años el concepto de seguridad vial ha cambiado mucho, también lo han hecho nuestros vehículos que cada vez son más inteligentes y agradables de conducir, siendo además mucho más seguros gracias, especialmente, a la aplicación de una carga electrónica claramente superior que permite a su vez integrar numerosos sistemas de seguridad activos y preventivos con los que se evitan directamente las potenciales situaciones de peligro.
No es menos cierto el hecho de que muchos de los elementos que componen un vehículo desde siempre siguen estando presentes en la actualidad, siendo uno de los más reconocibles el sistema de iluminación. Es evidente: un vehículo de hace 50 años no alumbra de la misma manera que un vehículo matriculado en 2023, máxime si hablamos de vehículos de alta gama con sistemas de iluminación muy complejos y a la vez muy efectivos.
La llegada de los sensores de iluminación han supuesto también un gran avance en cuanto a seguridad y comodidad. Su uso comenzó a extenderse a principios de siglo, hace unas dos décadas, cuando los vehículos más caros y avanzados comenzaron a utilizar estos sistemas que, en circunstancias normales, descargan al conductores del trabajo de estar pendientes de encender o apagar las luces. La clave está en la puntualización: se trata de un sistema que en circunstancias normales es capaz de realizar su trabajo correctamente, pero que necesita la supervisión del conductor en todo momento.
¿Estoy usando mal las luces del coche?
Respondiendo a la pregunta, es posible que sí: si eres de los que piensa que al contar con un sistema de encendido y apagado automático de luces puedes despreocuparte completamente, lo cierto es que es posible que puedas meterte en un lío. La imagen que ilustra el artículo es la mejor muestra de ello, ya que en los túneles se requiere siempre la supervisión y acción del conductor ya no sólo por seguridad, sino porque además puedes incluso llevarte una multa a casa. ¿Cómo es posible?
Básicamente, a consecuencia de lo que nos recuerda la propia Dirección General de Tráfico a través de sus redes sociales: es obligatorio que el vehículo entre al túnel con la iluminación de cruce ya encendida, y no encenderse cuando estamos ya dentro. El reglamento de circulación especifica que la iluminación debe permanecer encendida durante todo el recorrido del túnel y, tras abandonarlo, es decisión del conductor desactivar el alumbrado de cruce.
De esta manera, no es suficiente con circular con la iluminación diurna encendida en caso de que nuestro vehículo disponga de ella, ya que podemos llevarnos a casa una sanción de 200€ por la mala utilización del sistema de iluminación.